¿Qué nos impide combatirla?

¿Qué nos impide combatirla?

La corrupción de todo género se ha impuesto como norma de conducta imbatible entre los dominicanos.

Desde opositores hasta funcionarios del Gobierno hablan de que la corrupción se ha institucionalizado en este país.

Sorprendentemente, los índices de corrupción han aumentado a pesar de que el país cuenta con más y mejores instrumentos para combatir este mal.

Tenemos una Judicatura y un Ministerio Público  más depurados.

  Hemos creado y ascendido organismos especializados para combatir la corrupción y se ha creado la sensación de que existe una vigorosa voluntad política para emprender esa lucha hasta las últimas consecuencias.

Teníamos, en la órbita del Ministerio Público, un Departamento de Prevención de la Corrupción (DEPRECO) que fue ascendido a Dirección de Persecución de la Corrupción Administrativa (DPCA). Esto causó expectativas.

Tenemos, en el ámbito del Poder Ejecutivo, una Comisión Nacional de Etica y Combate a la Corrupción (CNECC).

 Las personalidades cabezas de la DPCA y la CNECC, doctores Octavio Lister y José Joaquín Bidó Medina, han coincidido en quejarse por lo poco que se hace para combatir la corrupción.

Los argumentos sobre lo poco que se hace contra este mal no son únicamente de la oposición política y organismos no gubernamentales, sino también de funcionarios como Bidó Medina y Lister, y debemos agregar al director general de Aduanas, Miguel Cocco.

Pero en medio de todas las expectativas creadas y la desazón que provoca el hecho de que no se avanza un palmo en la lucha contra la corrupción, tiene que surgir una interrogante: ¿Qué nos impide combatirla?

La tácita respuesta nos aterra.

Con magnitud de epidemia

Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muertes y mutilaciones en este país.

En las cifras de accidentes de tránsito causantes de muertes y mutilaciones, las motocicletas tienen un índice de participación verdaderamente asombroso.

La ingesta de alcohol y el manejo temerario figuran entre las principales causas de accidentes que involucran vehículos de motor de todo tipo.

El  Darío Contreras, el principal hospital de traumatología que tiene el país, tiene registros muy altos de casos de lesiones y muertes por accidentes de tránsito.

  El motoconcho, que se ha impuesto como alternativa de transporte de pasajeros y de fuente de ingresos, ha contribuido mucho a incrementar las cifras de muertes y mutilaciones por causa de accidentes.

 Y algo grave es que son escasos los motociclistas con licencia de conducir y seguros para hacerle frente a los problemas de responsabilidad civil que generan estos aparatos.

La frecuencia de los accidentes de tránsito le confieren a este problema magnitud de epidemia incontenible.

Entre los multiplicadores de accidentes está el hecho de que cada vez son más frecuentes las violaciones a la ley de tránsito a los límites de velocidad en carreteras, a las señales y semáforos, al sentido de circulación y a las normas de prudencia.

Tenemos una gran epidemia y cada uno puede ayudar a contenerla simplemente asumiendo una conducta responsable.

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