¿Qué nos proponemos en el PRSC?

¿Qué nos proponemos en el PRSC?

El PRSC concurrió a las elecciones del 2008 con candidato propio y obtuvo menos de un 5% de los votos. En esa ocasión el reformismo fue dividido en varias facciones, un grupo numeroso y determinante apoyó de nuevo las aspiraciones del presidente Leonel Fernández y otros se fueron con el perdedor de las primarias, quien sentó tienda aparte desde su nativa Santiago.

Desde entonces el Partido Reformista se debatió en un confuso proceso que no encontraba salida a los traumáticos problemas internos que le agobiaban. La aparente solución se buscó en la persona del Ing. Carlos Morales Troncoso, a quien se le ofreció la presidencia de la entidad sin condiciones de ninguna especie.   Después de casi dos años de aquella escogencia y de la renovación de sus cuadros dirigenciales, el reformismo muestra por primera vez en mucho tiempo, una verdadera intención de recuperar un espacio electoral por sí solo.

Dentro de un proceso de apertura democrática, el PRSC organizó primero el Congreso Joaquín Balaguer, donde se delineó el futuro del partido y el camino  que electoralmente se debía seguir. Acudir a las elecciones del 2012 con boleta propia fue la decisión de la mayoría de sus dirigentes concentrados en aquel cónclave partidario.  Los pasos a seguir se cumplieron sin contratiempos  y de acuerdo a lo dispuesto por los estatutos de esa agrupación política.

La decisión de convocar una asamblea de delegados para  escoger el candidato presidencial del partido fue aprobada por la mayoría de los miembros de la Comisión Política y de la Comisión Ejecutiva, máximos organismos del partido.  Sin embargo esta aprobación reiterada, que por demás había sido secundada por los mismos pre-candidatos, ha sido objeto de vigorosa oposición por algunos importantes aspirantes a la nominación.

Es obvio que siendo el Ing. Morales Troncoso la principal figura del partido en estos momentos, se piense que debería ser el candidato apropiado para encabezar la boleta reformista en las próximas elecciones.  Esto y no la forma de escogencia es el problema que preocupa a sus contrincantes internos.   Si a esto le sumamos el interés que tienen muchos dirigentes de los partidos mayoritarios en que el reformismo no crezca, como medio de absorber  de parte y parte su caudal electoral, podemos llegar a la conclusión de que no importa mucho quien encabece la boleta reformista. Si no somos capaces de que nos cuenten los votos, entonces los negociantes partidistas se sentirán altamente complacidos.

Publicaciones Relacionadas