Como ha ocurrido en otras tantas, en esta ocasión el mundo mira el intercambio de misiles en ese enfrentamiento permanente entre israelíes y los palestinos que gobiernan en la Franja de Gaza, esto es la organización Hamás y su brazo armado, las milicias de Ezzeldin Al-Qassam, y la Yihad Islámica palestina. Hurguemos en los hechos que han llevado a este nuevo enfrentamiento que acapara la atención del planeta.
Hace unos meses un tribunal inferior de Israel emitió una sentencia en favor de un grupo de colonos judíos que demandaban unas propiedades habitadas por unas 6 familias palestinas. Por tanto, de acuerdo con la sentencia, las familias palestinas debían salir de sus hogares en el distrito de Sheij Jarrah, unos de los barrios de la parte oriental de Jerusalén.
El Tribunal Supremo de Israel debía celebrar una audiencia sobre el caso este lunes pasado, para pronunciarse sobre una apelación que habían presentado las familias palestinas, sobre aquel fallo que los desalojaba de sus hogares. La tensión y las preocupaciones generadas por el inminente pronunciamiento de los jueces del supremo israelí, llevó a la policía a colocar vallas en las escalinatas cercanas a la Puerta de Damasco. Esta es la puerta de acceso más importante a la Jerusalén Oriental.
En las escalinatas que dan a la Puerta de Damasco por lo general en algunas fechas claves del mes sagrado del ramadán que transcurre en la actualidad, los palestinos acostumbran abarrotar estas escaleras y pasan gran parte de la noche orando allí. Particularmente lo hacen la noche de Laylat Al Qadr o La Noche del Destino, que es la noche que, según los musulmanes, Ala decide el destino del próximo año y por lo tanto, en esa noche, La Noche del Destino, los musulmanes oran durante toda la noche, invocando su piedad y salvación para que ese nuevo año este desprovisto de cosas malas y abunden las cosas buenas.
El asunto es que cuando los musulmanes palestinos fueron a esas escalinatas y las encontraron llenas de vallas colocadas por la policía, para tratar de evitar las reuniones de palestinos israelíes para que no protestaran ante las tensiones que venía provocando el inminente pronunciamiento de los jueces del supremo, respecto al desalojo de estas familias palestinas del distrito de Sheij Jarrah. Justo ahí estalla la primera protesta de los palestinos.
Luego procedieron a reunirse grupos de jóvenes palestino en la explanada conocida para los musulmanes como Haram Al Sharif, o el Noble Santuario y por los judíos como el Monte del Templo, allí está la mezquita de Al Aqsa, la Cúpula de la Roca, y el Muro de las Lamentaciones, todo esto es parte de la ciudad vieja, asentada en Jerusalén Oriental, considerada la ciudad más sagrada para el judaísmo y el cristianismo, y la tercera más sagrada del islam, tras las ciudades de la Meca y Medina en Arabia Saudita. Allí estaban los jóvenes protestando por las vallas en las escalinatas junto a La Puerta de Damasco, cuando irrumpió la policía israelí y ejerció una represión muy fuerte que dejó más de 150 jóvenes palestinos heridos por esa represión de la policía.
A todo esto, se le sumó la celebración israelí del Día de Jerusalén o el Día de la reunificación. Es que el 10 de mayo de 1967 tras concluir la Guerra de los 6 días, el Ejercito israelí entra triunfante a Jerusalén Oriental que hasta ese momento estaba en manos del Reino hachemita de Jordania y reunifica la ciudad de Jerusalén por completo bajo el gobierno de Israel. Ese día, para los israelíes judíos, es el Dia de Jerusalén. Mientras que, para los palestinos, es el primer día de la ocupación de Jerusalén Oriental, la cual estos reclaman como la capital de un futuro Estado Palestino.
El asunto es que la celebración del Día de Jerusalén por parte de colonos judíos y otros manifestantes nacionalistas israelíes fue tomada como una provocación por los palestinos y es este cuadro, el detalle principal para la escalada de tensiones que se estaba viviendo en Jerusalén. Y en este cuadro de Jerusalén, la imagen que se deteriora ante el mundo es la del Estado de Israel, no la de los palestinos a pesar de su agresividad que no se compara con la represión desproporcionada del Ejercito israelí.
Hasta ese momento, el cuadro de los hechos y acciones perjudicaban la imagen del gobierno israelí. Sin embargo, la entrada de la organización Hamás disparando misiles desde la Franja de Gaza, cambió el escenario. Hace unos años esos misiles, eran cohetes Katiuska, remanentes de la Unión Soviética. Luego los cohetes Qassam de fabricación rudimentaria, sin sistema de guía que solo podían llegar a las ciudades del sur de Israel, como Sederot o Ascalón bien cerca de la Franja de Gaza. Sin embargo, Hamás se empeñó en la mejora y perfeccionamiento de sus misiles y en esta ocasión, sorprendieron a todo mundo, incluyendo a los propios israelíes, porque los misiles están llegando a Jerusalén y la mismísima capital Tel Aviv, que, dado la distancia, quedaba fuera del alcance de los anteriores misiles de Hamás.
La respuesta de Israel no se hizo esperar y respondió con el ataque de una lluvia de misiles sobre la Franja de Gaza, lógicamente fue mucho más demoledora la acción aérea israelí. La mayor parte de los misiles lanzados desde la Franja de Gaza son interceptados por el «Iron Dome» o Cúpula de Hierro, el sistema de defensa aéreo israelí. Sin embargo, la cantidad de misiles lanzados desde la franja de Gaza fue tan grande que algunos misiles cayeron incluso sobre Tel Aviv y Jerusalén.
Llegado a este punto, se nos presentan algunas interrogantes: ¿Qué gana Hamás con estos ataques recurrentes, que por lo general dejan mucho más, grandes destrozos, muchas más muertes en la Franja de Gaza que las que producen en Israel? ¿Era necesaria la entrada de Hamás en choque con Israel con el argumento de defender a los palestinos que estaban siendo tremendamente reprimido en Jerusalén Oriental, generando una nueva espiral de violencia con Israel?
No lo creo, porque Hamás consiguió con esto quitar la vista del mundo de aquella imagen deteriorada del Gobierno israelí en Jerusalén Oriental y pasando la atención a la competencia de misiles entre ambos, algo que al final beneficia al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, porque su Gobierno estaba cargando con el desprestigio internacional provocado por aquella dura y desproporcionada represión en Jerusalén Oriental.
Entonces, estos ataques unifican a los israelíes de derecha, conservadores y a los ortodoxos, en torno a Bibi Netanyahu que no estaba en sus mejores momentos, tanto así que luego de 4 elecciones en las que no ha podido lograr mayoría en el parlamento para formar gobierno, se mantiene en el cargo para protegerse de todas las demandas y acusaciones por corrupción y otros cargos que penden sobre él.
Esto, perjudica los esfuerzos del líder de la oposición Yair Lapid, a quien el presidente de Israel, Reuven Rivlin le dio mandato de formar gobierno. Difícil conocer si ahora podrá formar gobierno y poner fin al reinado de más de una década de Benjamín Netanyahu como primer ministro de Israel.