¿Corporán en vez de Charles Summer y Jack Veneno en lugar de Hostos?
República Dominicana ocupa el séptimo lugar en América en cantidad de congresistas. México encabeza la lista con 628 parlamentarios y 127 millones de habitantes. Colombia es el sexto con 273 y 50 millones de personas. Con 10.7 millones de dominicanos el Congreso tiene 222 miembros.
Si bien es cierto que los cuerpos legislativos son órganos fundamentales en los regímenes democráticos, el tamaño no garantiza la eficiencia. En el presente periodo legislativo se han presentado varios proyectos de ley que han llamado la atención ciudadana y de la prensa nacional, siempre al acecho para defender la salud de la patria.
Sin importar el color de la bandera partidaria, cabe señalar los siguientes desaguisados:
El senador por Hato Mayor sometió en abril un proyecto de ley que propone modificar los límites del Parque Nacional Los Haitises, bajo el pretexto de aumentar su área establecida en la Ley Sectorial de Áreas Protegidas 202/04, en un aparente incremento de 702 a 746 kilómetros cuadrados. Es un engaño, pues lo que se pretende es reducir el área terrestre para incrementar la zona marina.
Un conocido diputado por La Romana defiende su proyecto para que el 30% de los Fondos de Pensiones sean devueltos a los ahorristas, sin sopesar las consecuencias de una hiperinflación, cuando los miles de millones de pesos en la calle empiecen a perseguir las divisas, elevando la tasa cambiaria. Censurable ha sido el método de convencimiento que sacó de casillas al presidente de la cámara baja.
El senador por San Cristóbal se destapa con la brillante propuesta de crear mediante ley el Instituto Nacional del Aguacate, alegando el valor y la importancia de la producción de la fruta, que no amerita una institución para ella sola.
Otro diputado y antiguo senador por la provincia de Santo Domingo sometió un proyecto para constituir una nueva provincia con cuatro municipios; se llamaría Matías Ramón Mella; replicando oficinas provinciales de cada ministerio y un senador más.
El nieto y benjamín diputado por el Distrito Nacional, sin analizar ni revisar el contexto histórico de su proyecto, propuso cambiar el nombre al emblemático Parque Eugenio María de Hostos por el campeón de la lucha libre Jack Veneno.
Para cerrar, el Senado aprobó y remitió a la Cámara de Diputados el proyecto francomacorisano de sustituir el nombre de la avenida Charles Sumners por el del locutor Rafaelito Corporán de los Santos, que merece ser reconocido pero sin desmeritar.