)Qué piensa Eduardo Díaz Guerra?

)Qué piensa Eduardo Díaz Guerra?

A propósito del análisis que hice del logo de Banreservas, Eduardo Díaz Guerra, ese talentoso poeta y creativo publicitario, me ha enviado una correspondencia análisis que creo digna de ser conocida por los lectores. Comparto plenamente sus criterios, y a continuación se la ofrezco in extenso:

«Con interés (como siempre que escribes) he leído «)Qué falta al logo de Banreservas?», tu artículo publicado en el diario HOY del martes 15 de junio pasado, p. 6D.

Coincido contigo en prácticamente todo cuanto dices: Que clientes locales buscan lo que no se les ha perdido en ultramar, cuando aquí hay suficiente talento para acometer con éxito cualquier empresa como la de, por ejemplo, cambiar la imagen corporativa de una entidad, cual que sea. Que pagan millonarias sumas a extranjeros para que realicen trabajos que en nuestro país pudiesen conseguir más baratos y con igual o mayor calidad.

En el caso del Banreservas, yo también entré al web de Amanco y vi con horror que los colores y diseño del logo de esta empresa mexicana remiten inmediatamente al nuevo logo y los colores del referido banco.

Pero, )has hecho el ejercicio de analizar el comercial de lanzamiento de esta campaña de nueva imagen, ése en que una madre reflexiona en torno a cuándo dejará de dormir en su lecho matrimonial su hijito? Te exhorto a que lo hagas. Me parece que, al margen de la realización, que es muy buena (ambientación, dirección, iluminación, musicalización), el concepto y lo que dice la joven madre, confrontados con lo que dice el locutor NO HACEN ESQUINA POR NINGUN LADO.

La primera secuencia de imágenes es la de la madre levantando de su cama (de la de ella y su esposo) al hijo, y llevándolo a dormir a su cuarto (al del niño). Le arropa, le besa cariñosamente y, (oh, sorpresa!, cuando pensamos que se rendirá hasta el otro día, el niño se levanta y amanece en el lecho de papá y mamá.

Fíjate en algo que un psicólogo recién graduado objetaría:

a) El niño NO TOCA la puerta de la habitación de sus progenitores. Primer error y primer mensaje equívoco: una criatura jamás debe entrar a un baño o a una habitación cualquiera, sin tocar Y SIN SER AUTORIZADA A ENTRAR. )Nadie pensó lo que puede encontrar ese niño en dicha habitación a cualquier hora de la madrugada?

b) La madre dice, casi textualmente «No sé a qué edad empezará a dormir solo. )A los cuatro, los seis, los ocho…?». )Un niño, durmiendo en la habitación y la cama matrimonial A LOS 6 U 8 AÑOS? )Pero es que quien escribió ese texto no tiene idea de lo que hacía? En una familia económicamente indigente, donde la necesidad obvia la privacidad, donde duermen 7 en una pieza, habría que aceptarlo, pero en una de clase media alta (que es la que muestra el comercial) esto es sencillamente inadmisible.

c) La madre dice «… no importa, ya me acostumbraré» (a que su hijo duerma solo, aunque sea (a los 8 años!). Y el locutor apunta: «Sólo un banco que te conoce es capaz de cambiar por ti». )))??? )Cuál es la relación entre lo que hemos visto en el comercial y ésto?

d) Vuelve la madre y dice: «Mi vida está cambiando. Mi banco también». )En qué está cambiando la vida de esa joven señora, si lo que muestra el comercial es que su hijo mantiene la misma conducta, noche a noche? (Pero si ella misma ha dicho QUE CUANDO SU HIJO APRENDA A DORMIR SOLO, ELLA SE ACOSTUMBRARA! (Y esta posibilidad, a juzgar por la edad del niño, puede tardar años!

La reflexión va como ratificación de tus atinadas palabras en torno a nuestra publicidad. Te dejo esta tarea: compara, colocando una pieza al lado de otra, una página de TRICOM y otra de Banreservas…(Somos indios, aún!».

Gracias al amigo Eduardo Díaz Guerra, por la atenta correspondencia, y su aporte al análisis de la campaña en cuestión.

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