¿Qué podemos esperar en el año 2010?

¿Qué podemos esperar en el año 2010?

El pasado año, no obstante el Banco Central establecer que habíamos tenido un crecimiento próximo al 3.5%; el que ahora comienza se vislumbra ambivalente,  dependiendo del ángulo y la parcela política  desde la cual se haga dicha medición.

Desde el punto de vista de la seguridad ciudadana o de la jurídica, entendemos que la violencia y los actos criminales continuarán incrementándose, debido al grado de interconexión, 2010 será de un retroceso tal vez nunca antes sentido o visto en nuestro país.  La existente entre nuestros institutos castrenses, la Policía Nacional y los políticos ambiciosos, cuya única meta ha sido el “llegar” sin importarles cómo y a qué precio.  Sin embargo, la violencia visceral de los últimos sucesos del pasado año los mantiene muy intranquilos, ya que en la medida que la madeja se ha ido desenmarañando, no se sabe a ciencia cierta, si la ola expansiva generada los tocará o se los llevará de paso.

A nuestro entender, el señor Presidente de la República se debió involucrar de pleno en lo que está aconteciendo en nuestro país, en donde unos cuantos “capos” pretenden -no sólo dirigir el país- sino someterlo a sus ambiciones personales, en donde la droga, el lavado de dinero, la corrupción y el soborno, capeen por sus fueros. Nuestro país ha sido bombardeado por todo tipo de droga, lo cual nos sitúa como puente de enlace para que la misma sea llevada a los Estados Unidos de América. De igual modo, nuestros aeropuertos son diariamente testigos de “mulas” y de ambiciosos, que se prestan a llevar las drogas para el continente europeo.

Cifrar la protección de nuestro territorio en nueve aeronaves Supertucanos brasileños es una utopía. Cuando se conoció el proyecto de la compra por 90 millones de dólares de estas “modernas aeronaves” pensamos que eran a reacción y no simplemente turbo-hélices. En su aspecto general, pintadas con los afilados dientes de tiburón se asemejan a los P-51 del “Escuadrón Caza Ramfis”, pero con cuarenta años de adelanto. Razón tenía el perínclito Varón de San Cristóbal cuando afirmó: “o se adquiere lo más moderno, o nos quedamos como estamos”.

Si la alta peligrosidad de caminar por nuestras calles continúa y no se puede confiar en la inversión inmobiliaria cuando es patrocinada por extranjeros que se han establecido o pretenden establecerse en nuestro país, nadie estará seguro del porvenir de la misma.

Entonces ¿Por qué nuestras máximas autoridades no se empantalonan y toman decisiones, aunque sean  drásticas, para preservar el orden  y la confiabilidad? Si se pierde la confianza, la ciudadanía quedará a expensas de los denominados por el presidente Balaguer “incontrolables”. En ese tenor, sólo esperamos que nuestro Presidente no nos salga como afirmó el viejo Caudillo que “la corrupción se detiene en la puerta de su despacho”.

 Es preciso que se tomen acciones transparentes y precisas para impedir que la violencia, la drogadicción y la corrupción sean, sino erradicadas, al menos controladas y que los implicados sean –no trasladados como es la costumbre- sino separados de sus funciones y sometidos a la acción de la justicia. De lo contrario,  Dios nos coja confesados.   En este Año Nuevo, deseamos para nuestros lectores, salud, paz y prosperidad. 

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