El expresidente Leonel Fernández Reyna quiere regresar al Palacio Nacional como presidente de la República. Después de 12 años de ejercicio gubernamental, primero cuatro y después ocho, el abogado y político sigue los pasos de su líder ideológico Joaquín Balaguer y parece no encontrarse cómodo fuera de la placentera silla reservada para los mandatarios. En el caso de que el presidente Danilo Medina Sánchez rehuse buscar una modificación presidencial para intentar repostularse, como todo parece indicar, el expresidente Fernández Reyna tiene lo que él ha llamado “los vientos” a su favor. En buena razón política no debiera ser así, porque Francisco Javier García y Temístocles Montás tienen condiciones políticas y capacidad de gestión para dirigir los destinos del país, particularmente el último. Pero Fernández Reyna, como Balaguer, se comporta como un predestinado para redimir a los dominicanos. Esta es la razón por la que hoy en día en su partido se habla de caudillismo. Por supuesto, el político y abogado cuenta con el apoyo incondicional de la red de intelectuales, empresarios, periodistas y políticos a quienes propició la escalera del éxito económico y a quienes convirtió, en algunos casos, en personas con nombres y hasta con principalía. Se trata, como dirigía don Juan Isidro Jimenes Grullón, de un clientelismo de nuevo cuño. Pero en realidad no se trata de un nuevo clientelismo, es una práctica vieja cuyas raíces se hunden en la época de Trujillo. Pero la pregunta clave, ante el interés del expresidente de regresar al poder, es ésta: ¿qué novedad puede ofrecer el doctor Fernández Reyna al país? ¿Qué puede esperarse de un presidente de la República que rechazó de manera sistemática dedicar el 4% del PIB para la educación pública y hasta hizo doctrina de esa negativa? Más todavía: ¿Qué puede esperar la población de un político que, según estudios recientes de la CEPAL, durante su larga gestión los niveles de desigualdad quedaron profundizados y la segregación escolar, por ejemplo, se amplió? ¿Qué puede esperar el campo dominicano de un político que en sus gestión de gobierno ignoró la riqueza de nuestra zona rural y nunca hizo nada para elevar la producción y mucho menos la productividad de nuestras fincas? ¿Qué puede esperarse de quien hizo de un Metro un sueño, a pesar del endeudamiento externo que significó? ¿Qué esperar de quien multiplicó por cuatro el endeudamiento externo y propició los mayores déficits fiscales de la historia económica del país?