¡Qué! ¿Qué tú amas a tu país?

¡Qué! ¿Qué tú amas a tu país?

Samuel Luna

¿Qué implica amar a nuestra nación? Nosotros cargamos una disyuntiva antropológica y étnica; se nos hace difícil abrazar y amar quiénes realmente somos. Se nos hace cuesta arriba porque somos un mosaico cultural y esa diversidad se refleja en nuestro comportamiento cotidiano. Cuando en nuestra isla los indios fueron diezmados y erradicados, los colonizadores se vieron obligados a traer mano de obra africana, en calidad de esclavos, esto se debió a que producir la caña de azúcar era muy forzoso y los colonizadores querían todo fácil y rápido. Además, ellos no llegaron a la isla a construir, no llegaron para quedarse, llegaron para marcharse. No amaban la isla, solo la codiciaban.

¡Qué! ¿Qué tú amas a tu país? No es del todo cierto, actuamos como los colonizadores, es como que llegamos a la República Dominicana y desde la niñez nos enseñaron a destruir y a promover la corrupción y el caos. Lo puedo expresar con autoridad, y no importa si me aplauden o no, porque no estoy concursando para ganar un debate o un certamen literario. La expresión “yo amo a mi país” debe ser puesta a prueba, debemos observar lo que decimos y lo que realmente hacemos; amar el país no es fanfarronear que tenemos el mejor sancocho, que somos los únicos haciendo el mangú, que tenemos los mejores peloteros y uno de los mejores cacao orgánico, esos son elementos innatos que poseen todas las culturas, cada país tiene algo único y que nosotros no poseemos. Así que, amar a tu país no es resaltar los platos gastronómicos y los deportes, no es celebrar que somos el mejor país, cuando realmente no es así.

Amamos  el país que nos vio nacer cuando sentimos un patriotismo que nos identifica con nuestra cultura, evitando o disminuyendo la penetración cultural, es exaltar y promover los valores culturales, nuestra historia, y pensar en el bienestar de los demás y no solo en los nuestros. Es como cuando nos sentimos orgullosos porque somos parte de nuestra familia; así mismo, cuando amamos el país, nos sentimos orgullosos y cuidamos todo lo que es parte del Estado dominicano.

¡Qué! ¿Qué nosotros amamos a nuestro país? Suena fuerte  lo que voy a decir pero es la realidad, realmente no, no lo amamos; no lo amamos porque con nuestras acciones directas y pasivas permitimos ver nuestras calles llenas de basuras, vemos como nos encontramos con botellas de vidrio, platos plásticos, vasos, fundas llenas de basuras y lanzadas en los contenes y en los ríos. No amamos el país porque destruimos nuestros únicos ríos, los ríos no podemos hacerlos, no podemos importarlos, no se compran en una tienda multinacional, fueron hechos por el Creador, son patrimonios ecológicos de “aquella patria que decimos que amamos”.


¡Miren que gran amor! Que cuando el Yaque del Norte llega a la Vega y a Santiago, nadie de los que “amamos el país” nos queremos bañar, porque es uno de los ríos más contaminados. ¿Quién lo contaminó? Nosotros, los que decimos que amamos a nuestro bello país. Preferimos viajar a Costa Rica y enviar fotos de los bellos ríos, pero no nos atrevemos a participar activamente en la búsqueda de soluciones. Amar a la patria es crear un ambiente de bienestar para evitar que los dominicanos emigren hacia otras naciones porque el país que decimos que amamos no nos brinda espacios seguros y de crecimiento integral. Amar a la patria no es una idea, no es un concepto abstracto, es una práctica que se materializa a través de las acciones de cada ciudadano en su caminar. Si realmente amáramos a nuestro país eligiéramos candidatos y funcionarios con integridad para administrar correctamente los bienes del Estado dominicano, nuestros bienes.

¡Qué! ¿Qué tú amas a tu país? La praxis me dice que no. Amar a nuestro país no se basa en promover que Haití nos va a invadir y así subsanar nuestra responsabilidad social y espiritual. Quienes hemos invadido de inseguridad a nuestro país somos nosotros mismos, nos da miedo salir de noche porque hemos violado la democracia y promovemos a los candidatos más corruptos que solo promueven la corrupción y el clientelismo. Amar a la patria es reducir el feminicidio, eliminar el negocio obvio y visible de los puntos de drogas. Debemos ser honestos y en mi caso como articulista, no busco aplausos de mis lectores, solo busco una transformación que nos muestre que realmente amamos a nuestro país. ¿Qué haremos para generar una acción redentora en el Estado dominicano que realmente muestre que amamos a nuestro país?