El turismo es uno de los más briosos impulsores de la economía de este país, pero el Estado no puede ufanarse de ser el planificador de ese efecto. Algunas políticas oficiales han incentivado inversiones en este sector, pero desaciertos y omisiones no dejan claro el propósito de explotar mejor esta riqueza. Aspiramos a que el turismo siga siendo la locomotora que empuje el progreso, pero algunas prácticas torpedean ese deseo.

Puerto Plata fue una joya turística en el Caribe, pero al Gobierno autorizó la instalación en lugar inadecuado de las plantas de Smith & Enron, y la contaminación echó todo a perder. El asedio a los turistas y el descuido del puerto ahuyentaron el turismo de cruceros. En el este del país se ha autorizado la coexistencia de plantas eléctricas e industrias con el turismo, y los perjuicios ya están a la vista. Y mejor ni hablar de lo que ocurre con Boca Chica.

Samaná no acaba de arrancar como polo turístico, a pesar de que su belleza inigualable garantiza que no tendría competencia como destino en la región. Se arrabaliza cada vez más y la contaminación campea por sus fueros. Bahía de las Águilas, en Pedernales, otro paraíso terrenal, tiene una grandiosa vocación como enclave turístico, pero habría que ver si se da una coexistencia armoniosa entre esa actividad y la explotación minera. ¿Qué queremos de nuestro turismo y qué hacemos para lograrlo?

DESBALANCES INJUSTIFICABLE

El hospital infantil Robert Reid Cabral atraviesa en estos días por uno de esos desbalances cíclicos que suelen afectar la funcionalidad de nuestros centros asistenciales. Y aunque la dirección de este centro de atención especializada argumenta que no se trata de una crisis, los médicos y enfermeras dan testimonio de limitaciones económicas, deterioro de áreas, filtraciones y otros factores que perjudican la calidad y oportunidad de los servicios.

No estamos hablando de cualquier cosa. Se trata del centro de referimiento pediátrico más importante del país, el que acoge y atiende la mayor demanda de servicio de atención a niños enfermos. El Robert Reid Cabral siempre debe estar en las mejores condiciones para atender a la población más vulnerable. Hay que hacer todo cuanto sea necesario para que el nombre de este hospital deje de salir en la prensa por causas semejantes.