Qué quiere el país

Qué quiere el país

UBI RIVAS
Idéntico a como todos sabemos lo que queremos con nuestras vidas, nuestros seres queridos y nuestro hogar, también debemos saber lo que queremos para nuestro país y la oportunidad podríamos aprovecharla ahora que se avecinan las elecciones congresionales y municipales el 16 de mayo.

El Congreso Nacional, como ha identificado é insistido el presidente Leonel Fernández, es dominado por una “tiranía mayoritaria”, que tanto enseñoreado por el PRD, como hogaño, como por el PRSC, antaño, es bien poco lo que ha aportado en transformaciones reclamadas insistentemente por la ciudadanía.

Es la oportunidad de oro para modificar esa “tiranía mayoritaria” que es parasitaria y de ninguna manera consecuente con los munícipes que escogieron a sus representantes para que abordaran los problemas de sus comunidades.

El país exige desde hace tiempo la conclusión de los apagones que frenan el desarrollo nacional, desincentivan la inversión privada tanto criolla como foránea, perturba el comercio y la industria, obligando a invertir sumas apreciables en plantas eléctricas, combustibles y mantenimiento, y fastidian a la población que no puede conciliar el sueño moviendo un abanico ó un aire acondicionado.

Es menester acabar de una vez por todas con ese flagelo en que gobiernos de los tres partidos mayoritarios se turnan y ninguno resuelve el espinoso problema, y no pocos asienten que la solución no está en plantas de carbón, combustibles, eólica, solar, sino una planta atómica (nuclear) que abastezca las necesidades del país, como acontece en todos los países de Europa y gran parte en Estados Unidos, que la energía de hogares, comercios y fábricas es nuclear. ¿O no es así?.

Gobiernos de los tres partidos van y vienen sin que se restauren los principales sistemas acuíferos (ex-ríos), todos contaminados hasta la extinción, como Yaque del Norte, Ozama, Higuamo, Camú, Yuna, Yaque del Sur, Nizao.

Los ciudadanos de nuestro país reclaman un Barrio Seguro en todo el territorio nacional, pero para que eso sea factible, es menester dotar a la Policía Nacional de equipos, personal suficiente, salarios decentes, seguro médico y de vida, porque así como está hoy, todo se frustrará. Anótenlo.

Gobiernos de los tres partidos mayoritarios van y vienen y no restauran lo bosques, las cuencas hidrográficas más importantes para producir madera que importamos por más de US$200 mm/año y producir agua para las represas, la agropecuaria y acueductos.

El país reclama un relleno sanitario en cada uno de los pueblos y ciudades y eliminar para siempre el peligro mortal para los seres humanos de los vertederos echando humo, monóxido de carbono, letal para el sistema respiratorio.

Gobiernos van y vienen de los tres partidos políticos y ninguno se atreve a deshaitianizar al país y hacer cumplir la ley 285-04 que regula la política migratoria del Estado dominicano.

El país reclama desde hace tiempo eliminar los carros de “concho” por un sistema de transporte de autobuses privados y a los choferes del concho que conduzcan los autobuses, hacerlos sujetos a créditos en PROMIPYME y ubicarlos en un proceso de reforma agraria serio.

Gobiernos de los tres partidos políticos principales se suceden y ninguno detiene esa pantomima que se llama Reforma Agraria ó Instituto Agrario Dominicano, que ni es instituto, ni agrario y de dominicano apenas si tiene el nombre, por un proyecto serio de asentamientos de agricultores con casas, semillas, animales, aperos de labranza y descontarle gradualmente el costo de todo con su producción, y así los barrios carenciados se reducirán notablemente. Proyectos exitosos como en Japón, Taiwán e Israel.

El país requiere que se dote a las FFAA de equipos de comunicación y transporte modernos, fusil de un tiro (una sola munición), lanchas de patrullaje y rescate, aviones de vigilancia y rescate y otros dispositivos necesarios.

Reclama una judicatura donde tantos jueces no produzcan sospechosos “no ha lugar”.

Es evidente que si desde los tiros redentores del 30-05-61 ningún gobierno no ha resuelto ni decidido superar estos inconvenientes que confrontamos todos, resulta imposible superarlos en un santiamén, pero nada que no se comience logra terminar.

Es el momento de comenzar escogiendo, repito, a legisladores y regidores serios, que merezcan la confianza de los munícipes, que estén conscientes que no defraudarán la confianza que han depositado en escogerlos.

Es tiempo de cambiar el Congreso Nacional de una “tiranía mayoritaria” cuestionable, por una tiranía mayoritaria consecuente con sus electores.

Por lo menos, intentémoslos. Podemos con el poder del voto, única fuente legítima de poder.

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