¿Qué reciben del turismo?

¿Qué reciben del turismo?

Los empresarios turísticos de las provincias Puerto Plata y La Altagracia  deben reflexionar sobre la pobreza, los débiles servicios y la baja calidad de vida de estas jurisdicciones que les han “concedido” sus recursos naturales y humanos para que levanten, legítimamente, sus negocios. Estas dos provincias disponían, en el 2006, del 72% de los 695 hoteles que había en el país entonces y del 68% de las 63 mil 300 habitaciones. Un principio elemental de economía, de equidad y de progreso permite pensar que Puerto Plata y La Altagracia deben beneficiarse de esta riqueza enclavada en su entorno.

Pero la realidad es otra. El último informe de Desarrollo Humano del PNUD nos deja boquiabiertos cuando afirma que “La Altagracia  registra peores condiciones de vida que Puerto Plata y ambas están peor que la media nacional”. Habría que ver, por ejemplo, qué beneficios económicos “dejan” estos polos turísticos a los ayuntamientos de estas dos provincias. Mencionamos los cabildos porque dentro de los mecanismos disponibles ésta sería la única vía de hacer aportes directos a las jurisdicciones donde están las instalaciones hoteleras. Los cabildos, a su vez, transferirían estos aportes en servicios a los munícipes.

En nuestro artículo anterior hablamos de la necesidad de crear mecanismos legales que hagan posible que los ingresos y las utilidades del turismo beneficien a los municipios y provincias que han “cedido” sus territorios, sus playas, sus entornos y sus vías de comunicación para instalar estos negocios tan importantes y tan útiles. Nos parece que los precedentes de las provincias Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel, con sus recursos mineros, sirven de ejemplos iluminadores. Los legisladores de Puerto Plata y La Altagracia deberían tomar la iniciativa. 

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