Hoy 
Doña Elena Brineman, bajo el fuego cruzado de la crítica oficial por sus recientes pronunciamientos sobre el fracaso de la educación pública dominicana y otros males que parecería recién acaba de descubrir, tiene quien le escriba después de todo. El presidente y el secretario general del PRD, Ramón Alburquerque y Orlando Jorge Mera, calificaron como críticas constructivas las declaraciones de la directora de la Agencia Internacional para el Desarrollo, y en cambio consideraron fuera de tono las reacciones de los funcionarios del gobierno que las tiladaron de injerencistas y hasta irrespetuosas.
El imprevisto espaldarazo no debe sorprender a la funcionaria, quien en estos días se despide de sus amigos dominicanos tras seis años de servicio ininterrumpido, pues a estas alturas ya debe saber que los que hoy la critican tan acerbamente por sus comentarios hace tan solo tres años los hubieran aplaudido y viceversa, simplemente porque así funciona la feria de oportunidades que por aquí llamamos política.
Donde las dan…
Quiere decir entonces que el director de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), Germán Peña Guadalupe, no consultó a nadie para tomar la decisión de dotar de un chaleco numerado y un casco protector a los motoconchistas como una forma de tener mayor control sobre ese servicio de transporte y, de paso, contribuir a la lucha contra la delincuencia que libra el gobierno, lo que le acaba de reprochar públicamente el doctor Franklyn Almeyda, secretario de Interior y Policía. Almeyda se quejó de la forma unilateral en que Guadalupe tomó esa medida, sin consultar a la Secretaría de Obras Públicas, AMET, la Dirección de Impuestos Internos y la Policía Nacional, pues toca a la Mesa de Seguimiento del Plan de Seguridad Democrática, que integran representantes de cada una de esas organizaciones, tomar una decisión de esa naturaleza. Pero como donde las dan también las toman el director de la OTTT, que no suele ser hombre de garatas públicas, ha respondido al boche de Almeyda con un grito de independencia, pues a su juicio ni pertenece a esa mesa de seguimiento ni depende de la Secretería de Interior y Policía, por lo que seguirá tan campante con sus planes con el motoconcho como el caminante aquel.
Mala noticia
Qué tarde se han dado cuenta en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) que veinte diputados por país constituye un exceso imposible de seguir costeando, sobre todo para países que no son precisamente ricos y en donde abundan las carencias que prodiga la pobreza. Aprovechando el escenario de la Cumbre Mundial de Presidentes de Parlamentos de Integración Regional celebrada esta semana en Guatemala, los presidentes de Honduras, José Manuel Zelaya, y de Guatemala, Oscar Berger, coincidieron al plantear la necesidad urgente de reducir la cantidad de representantes al PARLACEN, idea que parecen compartir -aseguran- prácticamente todos los países miembros. Si esa reducción finalmente se produce no hay ni que decir que será una muy mala noticia para nuestra clase política, que vería así reducidas las oportunidades de sacrificarse -aunque se encuentren en la oposición- por su amado país, y de ñapa cobrar en dólares.
