QUÉ SE DICE
“Culpables somos todos”.-

QUÉ SE DICE<BR>“Culpables somos todos”.-

CLAUDIO ACOSTA
c.acosta@hoy.com.do
La mejor demostración de que el ingeniero Quique Antún no desperdició los años que permaneció al lado del doctor Joaquín Balaguer lo ha sido el anuncio  de su    “renuncia” a la presidencia del  PRSC, con lo que complació a todos aquellos que pedían a gritos su cabeza a causa de la catástrofe que sobrevino tras el penoso papel desempeñado en las elecciones del pasado 16 de mayo, al tiempo que dejó abiertas las puertas a un proceso de reingeniería de sus estructuras organizativas y dirigenciales que deberá culminar con un nuevo equipo de hombres y mujeres  conduciendo  los destinos de la organización.

Tan convincente  fue la maniobra del ingeniero Antún  que la mayoría de los diarios destacó  su propósito de renunciar del cargo a más tardar el primero de septiembre, sin reparar en que esa decisión está condicionada a que para ese entonces hayan sido escogidas las nuevas autoridades del partido, una tarea nada fácil si se considera el hecho de  que esa nueva directiva tendrá sobre sus hombros la inmensa tarea de relanzar una organización que en lo adelante deberá aprender a manejarse dentro de las estrecheces y limitaciones de  un partido minoritario en un sistema electoral que privilegia, en materia de financiación, a los partidos  grandes, y por lo tanto sin  recursos con qué  hacer frente a los  grandes desafíos que tiene por delante, empezando por el más importante de todos: recuperar la confianza del  electorado en sus líderes y sus propuestas.

“Si el objetivo es buscar culpables, los encontraremos por todos lados. Si el objetivo es satanizar a otros; habrá argumentos para ello, no importa que sean justos o no….”, se escuchó decir a Quique en un emotivo y muy bien escrito discurso, para rematar con el toque maestro: …”no es hora de buscar culpables, por que culpables somos  todos”. ¿Hasta dónde es eso cierto, hasta dónde la culpa de la debacle del PRSC puede rapartirse entre tanta gente y quedar todos felices y contentos? Eso es algo que deberán averiguar por sí mismos los reformistas, pero en lo que el hacha va y viene vale destacar que el “renunciante”, a quien se pensaba sacrificar como un manso corderito, se escapó por un pelo del hacha de sus verdugos, y lo hizo con una habilidad y suficiencia que haría sentir orgulloso al viejo caudillo reformista.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas