Círculo vicioso.- A pesar de toda la fanfarria que rodeó la llegada al seguro médico de los maestros del doctor Bernardo Defilló,  quien asumió sus nuevas funciones con un talante positivo envidiable y el convencimiento de que el  Semma atraviesa por una  “falsa crisis”, los maestros siguen reclamando, de la peor manera posible, la normalización de sus servicios. Nada menos que 284 escuelas, según cálculos del periódico  El Caribe, se encuentran paralizadas a causa de esos reclamos, con lo que se está privando de la docencia, del famoso pan de la enseñanza, a miles de estudiantes, sobre todo en la región sur del país.

Y como lo mucho, como dice el refrán, hasta Dios lo ve, esas huelgas y paralizaciones empiezan ya a preocupar al ministro de Educación Melanio Paredes, quien ayer advirtió a los huelguistas que les descontará de sus sueldos  los días que dejen de trabajar por estarle haciendo el juego “a un grupito irresponsable” de dirigentes gremiales que solo persiguen entorpecer la educación. ¿Detendrá esa  advertencia  las huelgas y paralizaciones que ya se prolongan, con todas sus consecuencias, por casi dos  meses?

Eso es algo que parece poco probable dado el nivel de radicalización alcanzado por  la lucha de los maestros por su seguro, mucho menos si la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados (Andeclip) sigue negándose a atender sus problemas de salud hasta tanto Ars- Semma no abone el 60%  de su deuda acumulada. Se trata, como puede apreciarse, de un círculo vicioso que empieza a provocar daños, quizá irreparables ya, al presente año escolar, y q            ue tal y como están las cosas no parece tan fácil de romper ni por parte de la ADP, cuyo liderazgo se muestra incapaz de controlar esas protestas, ni por  parte del Semma, donde el optimismo y la buena disposición del doctor Defilló no parecen ser suficientes para rescatar el seguro de los maestros  de la “falsa crisis”  que lo  mantiene virtualmente inoperante y  financieramente postrado.