Comisiones.- Cuando usted le echa un vistazo a la lista de investigaciones pendientes del Ministerio Público se convence, si acaso no lo está ya, de que las comisiones son el mejor invento del que se han valido quienes nos gobiernan, desde el doctor Joaquín Balaguer para acá, para quitarse de encima el esclarecimiento de asuntos que debido a su incompetencia o falta de interés prefieren sepultar en el olvido antes que resolverlos y señalar a los responsables.
No importa si se trata, como en este caso, de asuntos tan serios y dignos de tomar en cuenta como un posible atentado criminal contra el Procurador General de la República Radhamés Jiménez y el asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo Marino Vinicio Castillo, o de los escandalosos embargos ilegales que aterrorizaron a los hoteleros del Este: todos han sido enviados a dormir el sueño eterno en algún escritorio de algún perezoso burócrata, y tal parece que ahí permanecerán por un buen tiempo todavía pues en su mayoría esas pesquisas eran conducidas por Frank Soto, Procurador Adjunto Encargado de Persecución y Criminalidad Compleja, recién ascendido a juez de la Suprema Corte de Justicia.
¿Qué pasará entonces con todos esos casos pendientes, mas de una veintena, que en su momento se consideraron tan importantes que se designaron a comisiones especiales para que los investigaran? ¿O es que ya no nos interesa saber si en nuestras zonas turísticas está operando la temible mafia Rusa? ¿O quiénes fueron los que tirotearon las oficinas de un Senador de la República? ¿O los que sirvieron de cómplices, amigos y facilitadores de las actividades en el país de Arturo del Tiempo Márquez, preso en España acusado de narcotráfico? Podría pasarme el espacio que me resta de la columna haciendo esa clase de preguntas, pero temo que mi insistencia provoque que las autoridades designen una comisión para investigar porqué ninguna de esas comisiones ha rendido su informe final.