Qué se dice

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República Dominicana sigue siendo un país pésimamente servido en el importante renglón paramédico del transporte urgente de heridos y enfermos graves. Aunque la Cruz Roja no ha hablado de este tema en los últimos tiempos, ha venido a resultar muy evidente que su parque de ambulancias no  es suficiente, de cara a la mucha demanda de servicio por parte de  las familias de bajos ingresos. No lo es tampoco ante el hecho de que los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muertes y heridas en este país, con cifras en aumento. El hueco que origina la falta  de equipos en esa institución –que es una de las entidades humanitarias por excelencia- dio espacio e incentivó, desde hace algunos años, a la creación de compañías privadas que ofertan transporte de emergencia y primeros auxilios. El problema estriba en que operan con tarifas que no están al alcance de una franja muy amplia de la población. Llama la atención además que  una de las firmas pioneras en la operación de ambulancias privadas, que llegó a tener una muy amplia labor en el mercado, no pudo sobrevivir a la crisis de la economía. Otros símbolos y nombres han surgido para beneficio mayormene, de los ciudadanos que están amparados por buenos seguros. La mayoría de los dominicanos no está en esa condición.

Tinieblas para el 16

Viendo como estaban el domingo pasado todas las ciudades del país, incluyendo la capital de la República, sometidas a la ausencia casi total de energía eléctrica, a muchos ciudadanos les invade la preocupación  de que el gobierno finalice como un pésimo aifitrión de las muchas personalidades extranjeras –incluyendo presidentes y expresidentes- que se darán cita aquí con motivo de la juramentación del presidente Leonel Fernández. De Santo Domingo se podría decir que, noche a noche, cobra el aspecto  de lo que comúnmente llaman boca de lobo. Calles y avenidas, con todas sus edificaciones; urbanizaciones, tras urbanizaciones, y muchas plazas, son cubiertas por un monto de sombras, bajo el azote de interrupciones del suministro eléctrico que hace tiempo que anularon la capacidad de autobastecerse con plantas propias que hacía posible a los grandes centros comerciales sobrellevar este desasstre. Es hora de que aparezcan más señales de que las compañías de generación  de electricidad tienen confianza en las próximas autoridades y de que visualizan unas relaciones más fluidas financieramente a partir del 16 de agosto. Barco parado no paga flete; la generación debe comenzar a subir en lo que cambian el chucho.

Revocación de exoneraciones

La primera decisión del próximo gobierno ya salió a las calles: el ya casi secretario de Finanzas, Vicente Bengoa, dio un ultimátum a los vendedores de “impuestos únicos. Aquellos que compren facilidades de importación de vehículos  expedidas durante esta transición, podrían encontrarse en problemas. Las palabras de quien será la principal autoridad en el ámbito de las recaudaciones a partir del 16 equivalen a una anulación de tales exoneraciones parciales. En estos días finales de la administración Mejía se está dando un reparto alegre de exenciones impositivas, en un marco de tráfico de influencias, pues son entregadas a personas que en su inmensa mayoría no importarán vehículos sino que van al mercado a ofertar el documento en que se expresa el trato privilegiado. Los impuestos únicos son hoy, más que de costumbre, un recurso para pagar favores o  para ganarlos, a costa del fisco.

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