Qué se dice

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Despistes municipales
En vista de que a Roberto Salcedo se le vio tan despistado, durante un programa de televisión, cuando se le cuestionó sobre la decisión del cabildo capitaleño de cobrar, con carácter retroactivo, tarifas impositivas consideradas excesivamente altas a los propietarios de nichos, tumbas y mausoleos en los cementerios bajo su jurisdicción, habrá que repasar algunos acontecimientos que a lo mejor nuestro atareado síndico ha pasado por alto.

La Sala Capitular aprobó, este mismo año, la resolución 88-2005 con la que autorizó al cabildo a cobrar esos arbitrios, resolución con la que los regidores pretendieron anular y a la vez actualizar una anterior, con el mismo espíritu, aprobada en diciembre del 1994. Una de las víctimas de esa resolución fue el doctor Rafael Vidal Martínez, colaborador de las páginas editoriales de este diario, quien se quejó en uno de sus artículos de una forma de cobro que calificó de abusiva e ilegal, pero hace tan solo unos días el mismo doctor Vidal anunció que, junto a un grupo de dirigentes reformistas, someterán a la consideración de la Suprema Corte de Justicia la resolución de marras. Se ignora si ese recurso ya llegó hasta nuestro más alto tribunal de Justicia, pero si el síndico quiere conocer más detalles sobre esa situación solo tiene que preguntar en el ayuntamiento o pasarse por cualquiera de los cementerios, donde -tal y como ocurrió en el día de ayer- los gritos de los deudos por los impuestos que se están cobrando casi llegan al cielo.

«Muertoristas»

Creado por el ingenio popular como una forma de describir la frecuencia conque los motoristas se veían envueltos en accidentes de tránsito, casi siempre fatales, el calificativo adquiere renovada validez en estos violentos tiempos, sobre todo si partimos de la frecuencia conque los periódicos recogen la muerte de motoristas a manos de delincuentes para tan solo despojarlos del motor, en su gran mayoría sus instrumentos de trabajo. Ser motoconchista se ha convertido así en la profesión más peligrosa en la República Dominicana, sin que se ofendan por esa calificación los taxistas de Santiago, que en esas materias tampoco se quedan atrás. Ni unos ni otros, motoconchistas y taxistas, tienen quien les proteja o defienda, por lo que solo cuentan con su coraje y la fe en Dios a la hora de salir a la calle a jugarse la faja por unos cuantos pesos, asumiendo el calculado riesgo de terminar engrosando las estadísticas sobre criminalidad que, gracias al esfuerzo de la Procuraduría General de la República, nos permiten de vez en cuando recordar que ya vivimos que en uno de los países más inseguros del mundo.

El embadurnador

Una crónica proveniente de San Juan de la Maguana, calzada con la firma del veterano periodista Manuel Espinosa Rosario, cuenta que residentes en Azua, San Juan de la Maguana y Elías Piña han reaccionado con indignación al atropellante despliegue de propaganda política del Partido Unión Demócrata Cristiana, con sus colores rojo, azul y amarillo, que no ha respetado ni los puentes, donde hay que observar regulaciones especiales para su señalización, pero tampoco los árboles ni las piedras. Cuenta la nota que en prácticamente todas las vías de comunicación terrestre, desde Azua hasta Elías Piña, se aprecia de manera abundante la vistosa propaganda del partido que liderea Luis Acosta Moreta, mejor conocido como Luis El Gallo, director de Desarrollo de la Comunidad. La crónica también dice que mucha gente de la zona se pregunta de donde sacó El Gallo, muy conocido por esos predios por haber nacido en Las Matas de Farfán, los recursos para financiar una propaganda tan extensa como profusa, pero no solo por los senderos del Sur se están haciendo la misma pregunta.

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