Qué se dice

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Igualito que aquí- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), urgió ayer al gobierno del presidente Barak Obama a detener las deportaciones  hacia Haití de personas de origen haitiano que padecen enfermedades graves o que tienen familiares en Estados Unidos, pues se podría poner en riesgo sus vidas debido a la crisis humanitaria que persiste en la nación caribeña.

En un comunicado el organismo indica que tras el sismo que devastó Haití el gobierno norteamericano suspendió las deportaciones a ese país de personas con sentencias o cargos criminales, pero el pasado 9 de diciembre levantó esa medida, lo que según el CIDH pone en riesgo las vidas de los deportados por esas razones dadas las condiciones de detención que prevalecen en las cárceles y penitenciarías, superpobladas y carentes de  instalaciones sanitarias y agua potable. Independientemente de que el gobierno de Obama atienda o no  la humanitaria petición del organismo de la OEA no hay dudas de que  sirve  para recordarnos que el imperio, que tanto nos recrimina las “indiscriminadas” deportaciones en perjuicio de los haitianos ilegales, incurre en el mismo pecado cuando cree necesario ejercer su soberano derecho a decidir quién permanece, y bajo cuáles condiciones, en su territorio.     

 Especulación.-  Poco importa quien es el responsable –el comerciante mayorista, el detallista o el industrial— de la especulación que según el ministro de Industria y Comercio José Ramón Fadul alienta  las alzas de precios de la mayoría de los productos  de la llamada canasta familiar,  si finalmente nada podrá hacerse desde la autoridad del gobierno para evitar  que esos especuladores, sean quienes sean, continúen  exprimiendo de manera  inmisericorde los bolsillos de la indefensa población. ¡Qué lástima que solo haya una Altagracia Paulino en este gobierno!

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