Qué se dice

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Fallidos y mafiosos
Según el secretario de Interior y Policía, el doctor Franklyn Almeyda, hace tiempo que al país penetran colombianos, a través de la frontera con Haití, amparados en documentos falsos que los acreditan como ciudadanos dominicanos, y hasta se benefician de lo que el funcionario llamó «un contó», que incluye pasaporte, cédula de identidad y electoral, tarjetas de crédito y hasta la licencia de conducir.

Eso quiere decir que no solo somos capaces de montar una bien organizada red mafiosa dedicada a traficar con personas hacia Europa utilizando pasaportes oficiales asignados a falsos regidores, que las autoridades del Ministerio Público todavía investigan intentando determinar sus verdaderos alcances e implicaciones, sino también de falsificar títulos de propiedad, firmas de funcionarios incluídas, como ha puesto en evidencia un reportaje publicado ayer por Diario Libre. O sea que además de fallidos, como está requete demostrado, somos también mafiosos, lo que no tardará en hacernos acreedores de otro reconocimiento internacional.¡Y después nos quejamos!

Obediencia civil

Ha hecho bien el síndico de Santiago, José Enrique Sued, al declarar que se presentará, como todo buen ciudadano, ante el juez de la Cuarta Sala del Juzgado de Primera Instancia de esa ciudad, que lo declaró «en rebeldía» por no acudir al tribunal donde se ventila una demanda en su contra por violación de propiedad privada. Sobre todo porque de mantener en pie esa «rebeldía» hubiera obligado al fiscal del Distrito Judicial de Santiago, el licenciado Raúl Martínez, a cumplir con su deber, pues «las decisiones de los jueces sencillamente se acatan, no importa de quién se trate». Se hubiera visto muy feo, en verdad, al síndico de la segunda ciudad en importancia del país «reducido a la obediencia» -como le gusta decir a los guardias y los policías- por la fuerza pública, por ser incapaz de entender que las leyes han sido hechas para que las cumplan todos los ciudadanos sin excepción. Es evidente que, por lo menos en algunas cosas, estamos avanzando.

El tema haitiano

El tema haitiano, por razones que no hace falta explicar, sigue en los primeros planos de la vida nacional y parece que ahí se quedará por un buen rato, por lo que hay que prepararse para ver y escuchar de todo. La Asociación de Maestros Constructores de Obras Autorizadas (AMACOA) y el Comité de Defensa al Mercado Laboral Dominicano (CDMLD) denuncian, en una nota enviada a los periódicos, que la masiva presencia de mano de obra haitiana en las construcciones está provocando un incremento de la violencia. Y agregan que el aumento de esa violencia protagonizada por ciudadanos del vecino país, especialmente en el área de Bávaro, ha provocado que los dominicanos, intimidados, se metan el rabo entre las piernas -como suele decirse- y abandonen el lugar, por lo que piden al gobierno que haga cumplir las leyes de Migración y Trabajo. Es difícil establecer desde aquí si la denuncia que hacen esas supuestas asociaciones tiene asidero, algo que habría que salir a verificar, pero llama la atención que sea ahora cuando descubran cómo andan las cosas en el sector construcción al que se supone pertenecen. Parecería que, al igual que mucha gente en este país, acabaran de enterarse de los perjuicios de una migración tan incontrolada como ignorada durante tantos años.

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