Qué se dice

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Guerritas que debilitan
En algunas cúspides del Partido Revolucionario Dominicano tratan a veces de vender la idea de que las enconadas luchas intestinas de esa organización – que en sus últimos episodios dejó sin vida a tres perredeístas – son una consecuencia inevitable y menor del propio vigor de la organización política que se reputa como muy de masas.

De esa forma  minimizaban  todo el desbarajuste de tendencias que debilitó al jacho antes de la justa de mayo del 2004, etapa en la que cada presidenciable de los blancos haló para su banda hasta que el aspirante con más recursos de poder, don Hipólito Mejía, acabó con todo, incluyendo con las posibilidades de vencer a su adversario Leonel Fernández. Como mal presagio se advierte que ni siquiera durante ese difícil proceso interno, encendido por una búsqueda de reelección que se contraponía a la historia del PRD, las cosas fueron tan enconadas como pintan ahora. Los reformistas y los peledeístas también viven atravesando situaciones muy conflictivas, pero casi siempre evitan la descomposición de sus procesos. ¿Por qué los perredeístas  permiten que la insensatez de algunos de ellos llegue tan lejos?

Sin dinero para salud

Si los cobros por servicios médicos privados son excesivos en la mayoría de los casos – como opina mucha gente en la calle – con mayor vera tendría sentido que importantes propietarios de clínicas afirmen a medios de prensa que la situación de sus establecimientos es muy difícil en términos económicos. El flujo de clientes tiene que ser menor necesariamente. Los precios de la buena asistencia facultativa deben estar en estos momentos por encima de las posibilidades de muchos integrantes de la clase media. Se sabe de procedimientos quirúrgicos avanzados que ningún centro de salud privado emprende sin un grueso pago por adelantado, servicios especializados que no suelen estar disponibles en los hospitales del Estado. Aquí, ya en pleno siglo 21, muchas familias pasan por la tragedia de tener que sobrellevar enfermedades graves con tratamientos menores que prolongan la vida sin salvar de manera definitiva a los pacientes. Todos conocemos el caso de Daniel Antonio Peña, de 22 años, que murió de leucemia hace un par de meses por que no contaba con dinero – en el momento oportuno – para un trasplante de médula. Sin embargo, la socialización de la medicina a través de la seguridad social sigue siendo una quimera y las respuestas adecuadas a los grandes problemas de la salud y de la educación siguen postergadas.

Cosas de la navidad

En el folclor navideño de los dominicanos se incluyen situaciones que van más allá del bochinche anual de los panaderos, que inmancablemente amenazan con dejar al país sin panes de telera a menos que el consumidor esté dispuesto a pagar sus alzas y el gobierno a protegerlos. Obsérvese bien que además nunca falta el anuncio que llega con las primeras brisas de la aproximación de diciembre, y con el que se promete que miles de agentes de la Policía serán “lanzados” a las calles a “reforzar” la vigilancia contra la delincuencia. Pero lo que finalmente ha ocurrido es que tales “refuerzos” no son vistos de manera significativa en los barrios y puede que, en el peor de los casos, sigan ocurriendo cosas como la de aquel sargento del Ejército que en días pasados tuvo que disparar, sin ayuda alguna, contra tres hombres que trataban de asaltarlo en la autopista Duarte. Se descubrió luego que entre los repelidos por él había dos rasos de la PN,  uno de los cuales cayó mortalmente herido, personajes que en realidad a quienes estaban “reforzando” era a los enemigos de la ley.

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