¿Aparecieron los pejes gordos?.- A lo mejor son cosas mías, pero pienso que después de hacerse público el contenido del acuerdo entre Sobeida Félix y quienes en la pasada administración actuaron en nombre del Ministerio Público, sobre todo la parte en la que revela los supuestos aportes económicos de su compañero sentinental, el convicto narcotraficante José David Figueroa Agosto, a políticos y militares de alto rango, tal vez no sea buena idea que la susodicha, que aspira a salir en libertad condicional tras cumplir la mitad de su condena de cinco años, salga a las calles, pues su seguridad personal podría estar en serio peligro.
Dicen que Sobeida está molesta, que se siente burlada porque el Ministerio Público se opone a su libertad condicional a pesar de que acordó con las pasadas autoridades que no lo harían, lo que explica la audaz movida de entregar a la prensa los documentos contentivos de los términos y detalles del acuerdo para con su publicación presionar a las autoridades a que cumplan con lo acordado.
Fue un riesgo calculado, lo que no sabemos es si, entre esos cálculos, estaba el asumir las previsibles consecuencias de hacer públicas informaciones tan comprometedoras tanto para los aludidos como para quien aportó la información. Recuerden que durante todo el proceso judicial seguido a Sobeida y el grupo al que se acusó y condenó por integrar una red de lavado de activos al servicio de Figueroa Agosto desde la opinión pública se estuvo reclamando con mucha insistencia, sin ningún resultado desde luego, que se dieran a conocer los nombres de los pejes gordos tanto civiles como militares que se relacionaron con el capo boricua, actualmente preso en una cárcel de alta seguridad en los Estados Unidos, porque fueron los que realmente hicieron posible que operara durante diez años una red que envió toneladas de cocaína hacia Puerto Rico. ¿Habrá llegado, de manera inesperada, el momento de esa gran revelación?