Qué se dice

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Adiós pejes gordos.- A pesar del alboroto y el aparatoso despliegue de autoridad a propósito del apresamiento en Santiago de los implicados en un fraude por más de cien millones de dólares en perjuicio del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, solo tres personas  permanecen en prisión.

Y la razón es sencilla: cuando se  ordenó la detención de los  responsables, para lo cual se trasladaron al país varios agentes del FBI, sus cabecillas, ciudadanos extranjeros, ya habían alzado el vuelo, dejando enganchados a sus cómplices criollos, gente que en la mayoría de los casos fue contratada para realizar determinadas tareas sin tener una idea exacta de lo que estaba haciendo ni en qué estaba participando.

Pero en lo que las autoridades dan con el paradero de los siempre escurridizos “pejes gordos”, vale la pena insistir en la necesidad de reforzar los mecanismos de vigilancia de las acciones y, sobre todo, de las “inversiones” que realizan en el país algunos extranjeros, pues si nos descuidamos  nos cuelgan el san benito, nada conveniente para un país que vive del turismo, de ser un acogedor paraíso para los delincuentes de toda laya que andan por el mundo.

Macana.- ”Se acabó la corrupción, el contubernio de marinos con delincuentes; se acabó el chantaje y el relajo, porque la Marina de Guerra no tiene cabida para lacras, no lo permitiremos…” El discurso pronunciado durante su toma de posesión por el nuevo jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, Vicealmirante Homero Luis Lajara Solá, no deja lugar a las dudas sobre lo que les pasaría a los que se aparten  del recto camino, como tampoco hay dudas sobre cuál será el mayor reto del nuevo incumbente: restaurar la maltrecha imagen de la institución. Para tamaña tarea va a necesitar de toda su energía y mucho mas, pero también  la  “macana” que alguna vez hizo  famosa su progenitor.

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