Galloloquismo– Para ser la primera vez que participa en una sesión ordinaria de la Cámara de Diputados no está nada mal si se piensa que, al fin y al cabo, llamó la atención de los medios de comunicación que se hicieron eco de sus declaraciones, pero es oportuno advertirle al bisoño diputado Luisín Jiménez que el peor pleito que puede echar un legislador es con la prensa, sobre todo si ese pleito lo empieza el susodicho con críticas injustas y fuera de lugar, como lo es culpar a los periodistas de la mala imagen que tienen frente a la ciudadanía senadores y diputados, de la que suelen dar testimonio en cifras y porcentajes las distintas encuestas que se realizan en el país periódicamente.
¿Quiere decir entonces, según Luisín Jiménez, que fuimos nosotros los que nos inventamos el caso del diputado envuelto en un escándalo mayúsculo por traficar con ilegales chinos por la frontera con Haití? ¿O el de aquel otro que protagonizó un bochornoso espectáculo con una menor de edad que tenía como amante y a la que dejó embarazada? ¿Y también al senador que puso a cobrar 20 mil pesos mensuales del barrilito a su doméstica sin que esta lo supiera ni cobrara un solo centavo de ese dinero?
Bien haría el diputado por el municipio Santo Domingo Este en procurarse otra forma de llamar la atención sin caer en el galloloquismo de ofrecer declaraciones tan desafortunadas y contraproducentes, como lo sería generar iniciativas que mejoren la calidad de vida de quienes le confiaron su representación en el Congreso Nacional, sin olvidar nunca que en gran medida fue gracias a los medios de comunicación, donde ha ejercido de cómico, comentarista y criticón ocasional de lo humano y lo divino, incluido el desempeño de los legisladores, que alcanzó el cargo en el que ha debutado de tan mala manera.