Envasadoras abusadoras.- Hay que aplaudir las acciones del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor contra las envasadoras de gas licuado de petróleo. Y la razón es muy sencilla: cerca del 50% de esos negocios, que se han multiplicado como la verdolaga por todo el territorio nacional, ha manipulado los equipos de medición de sus despachos para engañar a sus clientes, incluídas las humildes amas de casa beneficiarias del subsidio oficial que reciben a través del bono gas, tal y como han podido comprobar técnicos del organismo.
La semana pasada cayó preso el administrador de una envasadora quien, a pesar de haber sido sorprendido in fraganti vendiendo a sus clientes menos gas licuado del que les cobraba, quiso rebelarse contra la autoridad que decidió cerrar los dispensadores manipulados para evitar que continuara estafando a sus clientes. Y aunque en esa ocasión Altagracia Paulino, directora ejecutiva de Pro Consumidor, aclaró que no es su interés meter preso a nadie pero sí su deber conseguir que el mercado del glp sea transparente y se respeten los derechos –y el dinero– de los consumidores, lo cierto es que parece necesario que unos cuantos de esos sinverguenzas, que llevan años estafando impunemente a la población, vayan a dar con sus huesos a la cárcel.
Son tantas, según la funcionaria, las envasadoras involucradas en la estafa (no hay otra manera de llamarlo), que los técnicos del organismo simplemente no dan abasto. El consumidor dominicano ha vivido, durante años, en la más absoluta indefensión, a expensas de un comercio inescrupuloso que se ha aprovechado de la ausencia de mecanismos que regulen y controlen, de manera eficaz, sus actividades. Tal vez ha llegado la hora de empezar a cambiar esa situación.