Que explique.- El alboroto provocado por la publicación, en este diario, de las declaraciones de Sobeida Félix Morel contenidas en el acuerdo que firmó con el Ministerio Público, se pone cada día más interesante, y no solo por los pronunciamientos del embajador de los Estados Unidos en el país, Raúl Izaguirre, pidiendo que se investiguen. Ayer se quejaba la Fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, de que las pasadas autoridades no dejaron copias de esas declaraciones no obstante ser parte esencial del acuerdo en el que Sobeida se comprometió a revelar el entramado criminal que dirigió su compañero sentimental, el capo boricua José David Figueroa Agosto, por lo que hubo de enterarse de sus alcances e implicaciones cuando leyó el periódico Hoy. ¿Cómo es eso posible, tratándose de un documento imprescindible al que sus reemplazantes debían dar seguimiento? Son cosas que no se entienden muy bien y que dan pie a toda suerte de conjeturas y especulaciones, pues no hace falta ser muy mal pensado para llegar a la conclusión de que ese olvido pudo no ser casual y que procura ocultar algo. Es probable que la actual condición de juez de la Suprema Corte del doctor Alejandro Moscoso Segarra, quien como fiscal del Distrito Nacional fue quien negoció el acuerdo con Sobeida, le impida ser todo lo beligerante que debiera en un debate público que le reclama explicar en todos sus pormenores su participación en esas negociaciones, pero ese no es el caso de su superior jerárquico y máxima autoridad del Ministerio Público en su condición de Procurador General de la República, el doctor Radhamés Jiménez, quien se supone dio su aquiescencia a ese acuerdo y como titular es, en definitiva, el principal responsable de lo que se hizo o dejó de hacerse durante su gestión.