Delincuencia oportunista.-  Lo ocurrido hace un par de días en San Francisco de Macorís, donde  delincuentes aprovecharon la realización de una huelga en reclamo de una serie de reivindicaciones sociales para cometer sus fechorías con un saldo fatal de  dos comerciantes muertos, podría encerrar un metamensaje que no puede ser ignorado ni por las organizaciones populares que promueven esas protestas ni por las autoridades responsables de velar por el orden público

¿De ahora en adelante cada huelga o protesta que se produzca en un pueblo tan combativo y belicoso como San Francisco de Macorís será aprovechada por los delincuentes y antisociales para hacer de las suyas, desnaturalizando esos movimientos  y exponiendo aún mas a la ciudadanía a sus desmanes?

Conociendo nuestra capacidad para imitar lo mal hecho no puede descartarse que la experiencia se replique en otras comunidades, pues no hay rincón de la geografía nacional donde la delincuencia no haya plantado, de la mano del narcotráfico, su maligna semilla, como no la hay donde no haya razones para protestar contra el gobierno. Hace algún tiempo la fiscal de Santiago, Jenny Berenice Reynoso, acusó a la aguerrida dirigencia del  Falpo en Navarrete de orquestar una siniestra alianza con el narcotráfico, lo que fue desmentido de manera categórica por la dirigencia de la organización, pero lo cierto es que el caos que suelen generar las huelgas y protestas, quiéranlo o no sus promotores,  ofrecen un ambiente propicio para que los delincuentes se sirvan con la cuchara grande.

Ojalá que nuestros dirigentes populares y comunitarios así lo entiendan por el bien de las causas sociales que defienden, y que se tomen todas las precauciones necesarias para evitar que el legítimo derecho a la protesta que tiene el pueblo se vea desnaturalizado  por el oportunismo  de una delincuencia que aprovecha cualquier circunstancia o descuido para hacernos la vida imposible.