Cultura del engaño.- La dirección del Instituto Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) se ha apresurado a desmentir que haya concedido un chance a las envasadoras de GLP, a las que acusa de estafar a sus clientes, hasta tanto la entidad adquiera en el exterior nuevos medidores. Según El Nacional la licenciada Altagracia Paulino habría decidido conceder un compás de espera a los dueños de esos establecimientos, que alegan que sus dispensadores funcionan perfectamente y que lo que ocurre es que los medidores que utiliza Pro Consumidor son obsoletos, lo que esta también negó, de manera enfática, en llamada telefónica al Poder de la Tarde, donde aclaró que las inspecciones a las envasadoras continuarán pues hay demasiadas denuncias pendientes de verificar.
La decisión de la funcionaria de tratar de cambiar la cultura del engaño que predomina en el comercio local parece que va en serio, y en esa dirección hay que inscribir el acuerdo que la entidad que dirige acaba de firmar con la Fiscalía del Distrito Nacional, pues permitirá que las fiscalías barriales no solo reciban quejas contra las envasadoras o estaciones de gasolina, sino también contra colmados, supermercados o vendedores de tarjetas, entre otros. Claro está, cambiar esa cultura del engaño no es asunto que pueda hacerse de un día para otro por más empeño que pongan los inspectores de Pro Consumidor o los fiscales adjuntos, lo que hace absolutamente necesario que el ciudadano también ponga de su parte haciendo suyo este loable esfuerzo. Y la mejor manera de hacerlo, la más efectiva, será participando de manera activa con sus oportunas denuncias, pues al fin y al cabo será el principal beneficiario de esta cruzada por el rescate de los derechos del golpeado y sufrido consumidor dominicano.