El destape de Hotoniel.- ”Aunque no quiera decirse, el sistema político mantiene una influencia en el sistema judicial que comprende jueces, fiscales y organismos de seguridad”. Quien así habla no lo hace en nombre de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Participacion Ciudadana o de cualquiera de los tantos críticos que, desde las distintas organizaciones  de la sociedad civil o los organismos internacionales que las financian, viven recordándonos de manera permanente nuestras endémicas debilidades institucionales,  sino el Director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, Hotoniel Bonilla. El funcionario se ha atrevido a decir lo que cualquier otro, en su condición, se hubiera obligado a  callar, aunque solo fuera para no ser malinterpretado por sus superiores o jefes políticos, y aquí les dejo otra elocuente muestra: “Cuando enviamos a los tribunales a un funcionario “X” de menor jerarquía las pruebas son suficientes, los recursos son declarados inadmisibles, y cumplen su condena; pero cuando son poderosos, no hay forma de condenarlos y ahí están las estadísticas”. ¿En quién o quiénes estaría pensando? Las valientes declaraciones de Hotoniel Bonilla, y sobre todo su revelación de que en el país se han malversado, en los últimos diez años, 104 mil millones de pesos en medio de la más rampante impunidad (solo el 5% de los casos de corrupción, según el funcionario, ha recibido sanción  judicial), lo colocaron ayer en las primeras planas de nuestros principales periódicos, pues además de mostrarnos, con la contundencia de las estadísticas,  lo poco que se ha hecho para combatir la corrupción, constituyen una declaración de impotencia que por venir de quien viene resulta imposible de ignorar.