QUÉ SE DICE

<P>QUÉ SE DICE</P>

El camino más largo. El presidente Danilo Medina tiene razón: atacar directamente las causas  de la violencia, bien sea la que se produce dentro de los hogares o la que genera la delincuencia, es la forma  más eficaz para combatirla, pero también es el camino más largo y dificultoso. El mandatario, quien acaba de anunciar que trabaja en un plan integral de combate a la violencia que  dará a conocer próximamente, no puede cambiar de un día para otro la realidad socioeconómica que le sirve de caldo de cultivo como son –entre otros– la desigualdad social y la falta de oportunidades, sobre todo para los jóvenes, pues no cuenta con los recursos ni con el tiempo suficientes para una tarea de tanta envergadura producto de una deuda social acumulada durante décadas. Por eso hay que suponer que los  diseñadores y estrategas de ese plan pensaron en el “mientras tanto”, en el mediano y corto plazos, pues  las víctimas de la violencia que nos ha robado la paz y la tranquilidad (basta abrir el periódico para comprobarlo) no tienen mañana.       

Parte del problema. Luego de conocerse, gracias  a lo que se ha estado publicando, los niveles de complicidad y connivencia entre los microtraficantes de Herrera y agentes de la Policía Nacional y la DNCD (El Día reveló ayer que Gilbert tenía cuatro agentes policiales a su servicio) se entiende perfectamente porqué el problema del tráfico y consumo de drogas en ese sector se ha convertido en una plaga fuera de control, y lo mismo ocurre en otros barrios y sectores en todo el país. Mientras las autoridades llamadas a proteger a los ciudadanos de narcotraficantes y delincuentes sean sus aliados, cómplices y socios, es decir que sean parte del problema, no habrá plan de seguridad pública que funcione.  

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas