Qué se dice

Qué se dice

Mal de fondo.-  ¿Cómo puede el Ministerio Público garantizar  la seguridad de Mary Peláez cuando ni siquiera se le informó, así fuera por cortesía,  de la vigilancia que se le  impuso a su hermana Dolphi,  situación que  el pasado sábado provocó un incidente  en Najayo Mujeres que algunos diarios todavía califican de confuso y preocupante? Las discrepancias entre el Ministerio Público y los organismos responsables de investigar las actividades en el país del narcotraficante prófugo José Figueroa Agosto vuelven a ser noticia de primera plana,  a pesar de todos los esfuerzos de sus protagonistas por desmentirlas o restarle importancia. Es evidente que ahí hay un mal de fondo, como evidente es también que hace falta algo mas que una circular recordándole a los organismos armados y de seguridad del Estado que la nueva Constitución establece que el Ministerio Público es el jefe la investigación de carácter  penal para que sus jefes comprendan y acepten, de una vez por todas,  que ya no   tienen la batuta.

Desquite.- Dicen que en la guerra, el amor y la política  todo se vale, incluída, desde luego, la venganza. Tan resentidos han quedado los perredeístas con el caso de Peggy Cabral, a quien se impidió ser candidata a senadora por la provincia Santo Domingo por no cumplir con las exigencias de la Ley Electoral con respecto al domicilio, que se han declarado en vigilancia permanente de cualquier violación a esa legislación en que incurran los candidatos del PLD. El diputado Neney Cabrera, vocero de la bancada perredeísta,   señaló que en el partido oficial hay  candidatos que no cumplen con el requisito del domicilio, entre los que citó a Ricardo Jacobo, aspirante a la senaduría de El Seibo, y Carlos Castillo, a la de  San José de Ocoa. Si eso es cierto, hay que esperar que la JCE mida a esos aspirantes con la misma vara que a doña Peggy, ofreciéndole al PRD y su dirigencia la oportunidad de disfrutar del dulce   sabor de la venganza.

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