De lo jurídico a lo político.-Como era de esperarse, no bien se conocieron las decisiones adoptadas en la reunión de la Comisión Política del PRD convocada por la facción que encabeza el expresidente Hipólito Mejía cuando ya estaba en las redacciones de los periódicos una nota de prensa con declaraciones de Julio Maríñez, presidente de la Comisión de Control, afirmando que ese encuentro y lo que allí se decidió carecen de valor jurídico. Como no soy, a Dios gracias, ni abogado ni perredeísta, no voy a enredarme en una discusión en la que solo puedo aportar mi ignorancia, pero nada me impide decir aquí que más allá del valor jurídico que le niega el comisario Maríñez a ese encuentro está el valor político, que a la larga será el determinante y decisivo. ¿Quiénes participaron en esa reunión ilegal? Los perredeístas más notorios y conocidos, a los que durante los últimos 30 años de vida democrática del país hemos visto en la primera línea de batalla, matando y muriendo (metafóricamente hablando, mal pensados) a nombre del PRD, de sus glorias y grandezas, pero también de sus pequeñeces y debilidades. ¿Puede haber otro PRD, por más institucional que sea, donde no esté Ivelisse Prats de Pérez, Milagros Ortiz Bosch, Hugo Tolentino Dipp, Emmanuel Esquea Guerrero, Fello Suberví, Tirso Mejía Ricart, Orlando Jorge Mera, Vicente Sánchez Baret, Eligio Jáquez, Geanilda Vásquez, Guido Gómez Mazara, Alfredo Pacheco, Luis Abinader, Tony Raful, Orlando Jorge Mera, Jesús -Chu- Vásquez, Ramón Alburquerque y Andrés Bautista? (No extiendo la lista por razones de espacio, por lo que espero la comprensión de los excluidos). A estas alturas parece una perogrullada decirlo, pero la única salida a la crisis del PRD, cuando tanta gente habla (algunos con mal disimulada complacencia) de otra fatal división, es de naturaleza política, por lo que corresponde a las bases perredeístas y la convención nacional que les permitirá expresarse libremente arrebatarle el PRD a sus sepultureros.