Qué se dice

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Servilismo. Los más de cien ciudadanos haitianos  ilegales que durante más de un mes permanecieron a la intemperie frente al Ministerio  de Trabajo, convirtiendo una  protesta laboral  en un grotesco espectáculo en el corazón de  la zona de mayor concentración de instituciones públicas del país, incluido el Congreso Nacional, levantaron su improvisado campamento de refugiados  cuando les dio la gana y por las buenas, y no fueron molestados ni con el pétalo de una rosa por nuestras autoridades.

Sin embargo, un grupo de ambientalistas dominicanos que protestaban  de manera pacífica frente a las oficinas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el Mirador Sur, contra la explotación de Loma  Miranda, fueron dispersados a golpes y bombazos   por la Policía a pesar de que no representaban ningún  peligro ni amenaza para el personal de ese organismo internacional, ni tampoco para el sagrado orden público. ¡Cuánto servilismo!

En salmuera. Parece que el problema de los aliados electorales  del PLD a los que el expresidente Leonel Fernández entregó, en dación de pago, una institución  del Estado, es que se tomaron demasiado en serio esa concesión tan generosa (que dicho sea de paso fue refrendada por el presidente Danilo Medina, dando continuidad de Estado al clientelismo) haciendo y deshaciendo a su antojo, sin orden, concierto ni medida; o para decirlo como Lilís: se comieron la gallina del vecino y no  escondieron las plumas.

Ya Elías Wessin Chávez, presidente del PQD, está pagando el descuido, y todo apunta a que Pedro Corporán, a quien por su condición de presidente del PUN le entregaron el Idecoop, será el siguiente en la lista. Ambos están, como se dice popularmente, en salmuera, y lo peor del caso –nada angustia más  que la incertidumbre– es que nadie sabe cuál aliado será el próximo, pues las auditorías de las instituciones que dirigen están en el globo.

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