Qué se dice

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Controles de calidad.-  Es probable que muchos de ustedes, al igual que quien escribe,  habrán respirado un poco más tranquilos luego de enterarse de que la Oficina Nacional de Meteorología y la secretaría de Medio Ambiente trabajan de manera conjunta en la medición de la calidad del aire en el país, pues se trata de un elemento determinante para la salud (la Organización Mundial Meteorológica atribuye el aumento en casos de asma, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón y otras afeccciones al empeoramiento de la calidad del aire a causa del cambio climático) de quienes vivimos y respiramos bajo los 48 mil y tantos kilómetros cuadrados de cielo tórridamente azul que nos  cobija.

Pero ya que por razones tan atendibles nos vamos a preocupar por  la calidad del aire  no sería mala idea que hagamos lo mismo con el pan, el agua (sobre todo la de botellones), la leche, los embutidos, los jugos “concentrados”, los medicamentos  y otros tantos  productos  de los cuales no tenemos constancia de que algún organismo   vele por su calidad de manera sistemática y rigurosa, así sea para proteger los bolsillos  y la salud del noble, sufrido e indefenso consumidor dominicano.

Reincidencias.- La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó el pasado lunes en Bonao a un hombre mientras distribuía, desde un “punto” ubicado en su propia casa, cocaína y crack, pero a quien ya había detenido en otras seis ocasiones, en todas ellas en posesión de drogas. Como es lógico suponer el organismo antinarcóticos no se explica cómo el individuo  en cuestión consigue burlar la justicia y regresar tan pronto a  las calles y a su infame negocio, pero tal y como están las cosas no es muy difícil adivinarlo o sospecharlo. Mientras tanto,  recemos –¿qué otra cosas podemos hacer?– para que en esta oportunidad la séptima sea la vencida y el reincidente de Bonao vaya a parar a la cárcel por un buen tiempo.

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