Qué se dice

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La estrella solitaria
Parece condenada a caer en saco roto la propuesta del ingeniero Eduardo Estrella, ex candidato presidencial del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), de que la organización participe sin alianzas en las elecciones congresionales y municipales del año próximo, contenida en un comunicado público dirigido a la militancia reformista.

El gesto, empero, es el políticamente correcto, pues el proceso electoral venidero podría constituir una excelente oportunidad para que el partido dejado en herencia por el doctor Joaquín Balaguer se fortalezca, al igual que su emergente liderazgo, y eso solo puede conseguirse si los reformistas apuestan a sus propias fuerzas, sin alianzas, en esos comicios. Ese no es, sin embargo, el ánimo que prima en el PRSC, por lo menos entre los que toman las grandes decisiones, convencidos de que lo que conviene en estos momentos es sacar el partido al mercado electoral y escuchar las mejores ofertas.

Una mala idea

¿Quién dirigiría, y con cuál propósito, una campaña de descrédito contra Santiago y el resto de las provincias del Cibao, que también integran La Vega, Espaillat, Salcedo, Puerto Plata, San Francisco de Macorís y Monseñor Nouel? Algunos sectores de Santiago, incluídos medios electrónicos, están calentando sus cabezas con esa idea, comprensiblemente molestos por el hecho, ciertamente preocupante, de que cada vez que se produce un hallazgo importante de drogas sale a relucir –directa o indirectamente– la supuesta vinculación de empresas o empresarios de zonas francas de esa provincia. Atribuir esas infelices coincidencias a una «campaña» malintencionada y perversa no solo puede resultar exagerado sino también contraproducente, y no tanto por ser un argumento muy poco original como por lo difícil de probar que siempre resultan esas denuncias. Sin dejar de mencionar un hecho fundamental, que tal vez los santiagueros, en medio de la cuerda, están pasando por alto: en todos y cada uno de los casos en que se ha vinculado importantes alijos de drogas con empresarios o empresas de Santiago han venido de las mismas autoridades de la DNCD. Así que, si acaso esa campaña existe, está muy claro dónde hay que acudir a pedir una explicación.

De apagones y hospitales

«Fue verdaderamente estresante pasar por este momento de angustia y peligrosidad para el paciente al que le practicábamos una colecistetomía, pues tenía al descubierto el abdomen cuando se produjo el apagón y no funcionó la batería». El párrafo anterior es solo una parte, sin duda la más dramática, de la comunicación interna enviada por el doctor José Chanlate, jefe de cirugía del hospital Salvador B. Gautier, a los distintos jefes departamentales de ese centro asistencial, suspendiendo la realización de cirugías electivas a causa de los prolongados apagones. La decisión, ciertamente responsable, tuvo que haber sido también bastante frustratoria, pero retrata de cuerpo entero cómo anda nuestro sistema de salud pública, demasiado vulnerable todavía a esas tercermundistas contingencias a pesar de que hace tiempo que los apagones son el pan nuestro de cada día en los hospitales públicos dominicanos.

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