Qué  se dice

Qué  se dice

¿A quién le creo?- Quiere decir entonces, según los datos revelados por la Dirección Nacional  de Control de Drogas (DNCD), que los integrantes  de la  red de narcotraficantes apresados hace unos días en una lujosa villa de  Casa de Campo, en La Romana, estaban enviando cocaína hacia Puerto Rico desde el 2001, es decir desde hace más de diez años, pero no fue hasta hace unos días, gracias a un trabajo de inteligencia en el que tuvo una activa participación  la DEA y  que se prolongó durante tres años, que pudo ser finalmente desmantelada. Desde luego, se trata de un gran golpe contra el narcotráfico, al igual que otros importantes  decomisos que ha hecho la DNCD en los últimos meses, pero esas revelaciones obligan a tomar con pinzas las  declaraciones de nuestras autoridades antinarcóticas,  tan optimistas que chocan de frente  con  la realidad, como la reciente afirmación del mayor general Rolando Rosado Mateo de que el mercado doméstico de las drogas “está seco”, completamente desabastecido,  debido a los golpes recibidos por los narcos que operan en nuestro territorio. Esa contundente afirmación  contrasta, de manera notoria, con la opinión externada ayer mismo  por las autoridades federales norteamericanas con asiento en Puerto Rico, que consideran a la República Dominicana como “el mayor almacén de drogas del Caribe”. ¿A quién debemos creerle? 

El eructo de un dinosaurio.- Mil perdones por el   título, un tanto extravagante,  que encabeza estas líneas,  pero no encontré otra manera de calificar las declaraciones del Ministro de Interior y Policía, José Ramón –Monchi– Fadul, quien ayer pidió a la Junta Central Electoral que rechace la solicitud del movimiento cívico Participación Ciudadana para observar las elecciones presidenciales del próximo 20 de mayo, tal y como lo ha venido haciendo en los últimos nueve procesos electorales a lo largo de 16 años.

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