Qué se dice

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Millonario en polvorosa.-  Las peripecias del mensajero que se desgaritó con 5.4 millones de pesos propiedad de la empresa donde trabajaba sigue ocupando la atención de la opinión pública, sin duda porque a 13 días de su “desaparición” no ha podido ser apresado por la Policía, que ya detuvo y sometió a la justicia a siete personas, incluída su novia, porque lo ayudaron a esconderse y recibieron regalos y pagos en efectivo a cambio del favor. El jefe de la Policía Nacional,  quien explicó las dificultades para apresar al fugitivo señalando que este mantiene “una movida dinámica” desplazándose continuamente entre  provincias del Este y el Norte del país, lo exhortó a entregarse, “ya que los desafíos a la sociedad no son buenos y nunca terminan bien”. Para cualquier buen entendedor está claro el mensaje que ha querido transmitir el mayor general José Armando Polanco Gómez, como también está claro lo que pudiera ocurrirle  si no atiende esa cordial  exhortación  el “mensajero millonario”, como ya le llaman algunos medios,  a  quien alguien debería aconsejarle que si  aprecia su vida debe terminar  la parranda y  ponerse a disposición de las autoridades, antes de que un letal intercambio de disparos ponga fin, de manera abrupta y definitiva,  a su efímero sueño de ser millonario.

 Advertencia.- Los militares, no obstante la rígida   disciplina que moldea su carácter, no están exentos de ser dominados por sus emociones, sobre todo en los grandes momentos de sus carreras como lo es alcanzar la máxima jefatura del cuerpo en el que se han formado. Todo eso a propósito de las declaraciones, durante su toma de posesión, del nuevo jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, Vicealmirante Nicolás Cabrera Arias, quien advirtió a los miembros de la institución que delincan que corren el riesgo de “ir a parar a las profundidades del mar o irse a las habitaciones del infinito” ¿Qué habrá querido decir?

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