Parodia.-  Mientras algunos prefieren devanarse los sesos  en averiguaciones y especulaciones tratando  de interpretar qué habrá querido decir Mary Peláez, presa en Najayo por sus vínculos con el narcotraficante prófugo José  Figueroa Agosto, con que tiene “cartas bajo la manga” que  utilizará en el momento que crea más conveniente, quien les escribe prefiere quedarse con su escueto pero rotundo “diagnóstico” sobre la lucha contra el narcotráfico que libran las autoridades, que según ella está “fea para la foto”,  “diagnóstico” con el  que resulta difícil no estar de acuerdo.

Y es que no hay que ponerse   en los zapatos de Mary Peláez para atreverse a decir que la estrategia seguida hasta ahora  para llevar adelante esa guerra no ha funcionado, que por ese camino no llegaremos a ninguna parte, y  la mejor demostración de que  así están las cosas, de que la guerra contra el narcotráfico se pierde día a día, delante de las narices mismas  de nuestras autoridades, la palpamos  con tan solo abrir  los periódicos cada mañana.

¿O no se han dado cuenta de que tan solo esta semana han sido expulsados, por sus vínculos con el narcotráfico, cinco miembros  de la DNCD?  No soy quien para juzgar los actos de Mary Peláez, ni voy a entrar aquí en consideraciones  de carácter moral sobre su comportamiento o el del resto de la “banda” que, según las autoridades, se dedicaba a lavar parte de las ganancias del capo boricua o a servirle de testaferros de sus bienes y propiedades malhabidas, pues como dicen por ahí la verdad tarde o temprano sale a flote aunque la justicia tarde un poco mas en llegar. Apenas me atrevo a decir, para que conste en el acta y a riesgo de ser malinterpretado, lo siguiente: mientras no estén presos los verdaderos malos de esta pésima película, léase los narcotraficantes y sus protectores sin importar su rango ni  su influencia política, habrá que considerar las investigaciones en torno al sazonado  “Caso Figueroa Agosto” como una parodia de  mal gusto.