Ante una polémica.-  Como el Procurador General de la República, Radhamés Jiménez, dice estar interesado en  conocer las razones de la agria polémica pública  entre la fiscal de Santiago, Yeni Berenice Reynoso, y la Procuradora Adjunta de la Corte de Apelación, Vielka Calderón, le ayudaría mucho leerse las explicaciones ofrecidas por los jueces de la Cámara Penal de la Corte de Apelación de Santiago, publicada en  la página digital de la Suprema Corte de Justicia, donde califican de “sorpresiva e ilógica” la petición del Ministerio Público y el abogado de Aduanas (sí, leyó bien; el abogado de la Dirección General de Aduanas) de solicitar la variación de las medidas de coerción a los jóvenes Herald Estévez Peña, Miguel Angel Lazala y Adalberto Rosa, acusados de participar  en un desfalco por mas de 100 millones de pesos en perjuicio de la entidad recaudadora, pero también de asociación  de malhechores, falsificación de escritura  y tráfico internacional de armas.

A esa “sorpresiva e ilógica acción” fue que le salió al frente la joven fiscal de Santiago, ofreciéndole al  país una lección de valentía y entereza que ya quisiéramos ver en tantos funcionarios paniaguados que andan por ahí, al quejarse públicamente de una acción que va en sentido contrario a los intereses que tanto ella como la doctora Calderón están obligadas, como representantes del Ministerio Público, a defender, como son los intereses de la sociedad dominicana. Es evidente que el gobierno metió ahí su  mano, y que al hacerlo  atropelló, suplantó y degradó la autoridad del Ministerio Público.

Ojalá que el próximo paso no sea crear las condiciones para que los mas de cien millones de pesos conque se defraudó a la Dirección General de Aduanas vayan a para al mismo lugar que los 104 mil millones de pesos que, según Hotoniel Bonilla,  se ha llevado entre las uñas la corrupción gracias  a la complicidad activa y beligerante de nuestra voraz e insaciable clase política y en medio de la más rampante impunidad.