Prohibición.- El doctor Bautista Rojas Gómez, Ministro de Salud Pública, se apoya en un argumento de peso para justificar la prohibición del ingreso de periodistas, sobre todo de fotógrafos, a las áreas destinadas a los enfermos de cólera en los hospitales públicos: el sagrado derecho a la privacidad de los enfermos.
La única debilidad de ese argumento que, repito, me parece atendible, es la circunstancia a raíz de la cual se produce esa prohibición; la publicación en los periódicos de varias fotografías en las que aparece un paciente fallecido a causa del cólera mientras era trasladado, envuelto en una sábana, en una silla de ruedas, imágenes que han escandalizado y molestado a mucha gente.
Si así piensa el Ministro de Salud, y así se atreve a decirlo públicamente, ¿por qué no está prohibido desde hace tiempo, en aras de preservar la privacidad de los enfermos, el ingreso periodistas a las áreas más sensibles de los hospitales públicos? Cuando las cosas se hacen como se han hecho, aunque existan razones de peso para hacerlas, pocas veces cumplen su propósito, pues por mas que Bautista Rojas jure y perjure que su intención ha sido proteger a los pacientes su prohibición parece mas bien un burdo intento de ocultar las vergonzosas condiciones en que todavía operan nuestros hospitales y la forma tan poco digna en que se trata a los pacientes, estén vivos o estén muertos.