El aguajero.- Si no fuera por lo ridículo que suena después de todo lo que ha sucedido alrededor del narcotraficante prófugo José Figueroa Agosto, podría ser perfectamente catalogada como un buen chiste la afirmación del Superintendente de la Policía de Puerto Rico, José Figueroa Sancha, de que los días en libertad del fugitivo están contados. Recuérdese que Figueroa Agosto se fugó de una cárcel de alta seguridad en Puerto Rico, donde cumplía una condena de 201 años de cárcel, y que durante los casi diez años que vivió en República Dominicana, a tiro de yola de la vecina isla, se convirtió en el principal abastacedor de cocaína del mercado puertorriqueño sin que sus autoridades, aparentemente, se dieran por enteradas o emitieran alguna señal a sus homólogas dominicanas de que la situación le preocupara.
Esa falta de interés por las actividades de Figueroa Agosto en el país, públicas y conocidas, es lo que ha llevado a gente conocedora de la eficacia –cuando les da la gana, desde luego.– de las agencias norteamericanas como el doctor Marino Vinicio Castillo a convencerse de que el capo boricua es un agente encubierto de la DEA o de cualquier otra agencia, y tal ha sido la soltura y libertad conque se ha movido en el país, hasta el mismo día que se intentó su apresamiento y se produjo su espectacular fuga, que cualquiera diría que el asesor en materia de drogas del Presidente tiene razón, sobre todo por que sigue sin explicación, no obstante la insistencia conque el doctor Castillo ha machacado el tema, la decisión de la embajada norteamericana en el país de retirar la solicitud de extradición del hoy fugitivo cuando ya estaba incluso autorizada por el Poder Ejecutivo. ¿Tiene ese señor credenciales para venir a decir aquí que los días de libertad de Figueroa Agosto están contados y que toda la Policía de Puerto Rico está a disposición de las autoridades dominicanas para sumarse a la búsqueda? Respóndanse ustedes mismos.