Talento desperdiciado.- Quienes vivimos en este país  conocemos, por amarga experiencia, de las habilidades de nuestros compatriotas para el delito en todas sus  modalidades, pero cuando están en playas extranjeras parecería que se esmeran.

Por eso es tan frecuente leer sobre las hazañas delictivas  de nuestros compatriotas allende los mares,  con lo que enturbian y distorsionan la imagen de los inmigrantes dominicanos, esparcidos por prácticamente todos los rincones de este globalizado planeta, y en su mayoría gente honrada y trabajadora que no se mete con nadie. (Como si no fuera suficiente con el hecho, vergonzoso y humillante, de que toda mujer dominicana que llega a  Europa corre el riesgo de ser considerada sospechosa de ejercer la prostitución por culpa de la mala fama que han esparcido por el mundo  nuestras esforzadas trabajadoras sexuales) Las agencias internacionales de prensa reportaron esta semana el apresamiento en las Islas Canarias, territorio insular de España, de cinco ciudadanos dominicanos a los que la Policía española acusa de crear una red dedicada al tráfico ilegal de personas desde la República Dominicana a través de un falso club de baloncesto creado con ese propósito.

Los dominicanos bautizaron el  club como “Saona”, se tomaron la molestia de elaborar sus estatutos, y como carecían de jugadores, técnicos e instalaciones donde practicar  falsificaron un certificado de la Federación Canaria de Baloncesto para poder acreditar  las actividades deportivas del club, tanto en la categoría masculina como femenina. Pero como eso no era suficiente, falsificaron también dos  extractos bancarios en los que aparentaban recibir subvenciones por un monto de 12,652 euros, con lo que pretendían  mostrar la solvencia económica necesaria para contratar “jugadores y jugadoras” en República Dominicana,   así como ingresos de una empresa patrocinadora por otros cinco mil euros. ¡Cuánto talento desperdiciado!