Víctima de la percepción.- Como se produjo en momentos en que el auge de la criminalidad en Santiago parece desbordar la capacidad de contención de las autoridades, es inevitable atribuir a esa causa la remoción del jefe de la Dirección Regional Cibao Central de la Policía Nacional, el general Juan Ramón de la Cruz Martínez, conocido por su afabilidad y don de gente.
Pero la desgracia del caballeroso oficial pudo haberla provocado no tanto los desmanes de la delincuencia como su participación en una controvertida rueda de prensa en la que trató de restarle importancia a los crímenes más recientes registrados en esa ciudad, sobre todo el cuádruple asesinato de tres ciudadanos colombianos y un venezolano, pues al hablar de estadísticas y de percepción en medio de la conmoción general pareció que se burlaba de una población que se siente indefensa y desprotegida. Quizás en otras circunstancias las argumentaciones de De la Cruz Martínez, quien quiso entretener a los santiagueros con el tonto consuelo de que la delincuencia en la Ciudad Corazón está muy por debajo, estadísticamente hablando, de otras provincias, le hubieran permitido salir ileso, pues si hay una cosa que le gusta a los funcionarios de este gobierno, empezando por el Presidente de la República, es tratar de confundir a la opinión pública trasmutando en simple percepción los problemas que no pueden, no les interesa, o no les da la gana resolver.
Lamentablemente, los aires que soplan en el Palacio Nacional son muy distintos desde que el presidente Fernández hizo conciencia, una vez cerrado el camino de la reelección, de que debe preparar el camino de regreso en el 2016, razón por la cual le veremos, en este tramo final de su gestión, más preocupado por abonar ese camino con buenas y oportunas acciones, pero también mas presto y diligente a la hora de plantar cara a situaciones que en otro momento de su mandato hubiera dejado al tiempo o a la virgen de La Altagracia.