Qué se dice

Qué se dice

El polidelincuente.- Podría considerársele, por mucho,  el ejemplar más peligroso de nuestra variopinta y agresiva fauna criminal, y las razones son obvias: siempre existe el riesgo de que usted,  incauto lector, lo confunda con un representante de la ley,  con un guardián de su vida,  bienes y propiedades, y  le solicite amparo y protección en un momento de apremio y necesidad para recibir precisamente todo lo contrario, o que camuflado detrás de su uniforme lo aceche en cualquiera de nuestras oscuras calles y avenidas y   lo convierta, en nombre de la ley y la autoridad,  en otra  víctima de la inseguridad que nos tiene al coger el monte.

Se  aplaude que el mayor general José Polanco Gómez, jefe de la Policía Nacional, actúe con presteza  sancionando a los agentes policiales que incurren en excesos  en el desempeño de sus funciones o cuando se comprueba que han cometido algún delito, pero la cantidad y frecuencia con que se producen esas inconductas y ofensas a la ley, de las que no están exentos  oficiales superiores, indican con claridad que eso no es suficiente, que hace falta mucho mas para que la ciudadanía pueda diferenciar con mayor claridad, sin temor a fatales equívocos, quién  es el policía y quién  el delincuente.

 Una historia conocida.- Severamente impactados, argumentan, por los altos costos de los combustibles, los miembros de la  Unión de Propietarios de Autobuses se proponen sacar de servicio todas sus unidades el próximo lunes, pues ya no resisten mas los altos costos operacionales que han forzado a muchos de sus afiliados a salirse del negocio. Sin embargo, esa anunciada paralización quedaría sin efecto –¿por qué será que no me sorprende?– si el presidente Leonel Fernández los recibe en el Palacio, y permite que le entreguen  una serie de propuestas “decentes y  concretas” que harían más rentable el transporte de pasajeros en el país. ¿No les resulta familiar  la historia y  su  previsible final?

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