Fray Ráfaga.- Así lo bautizó (con todo respeto) un colega, básicamente por la contundencia de sus frecuentes declaraciones públicas y, sobre todo, por la rispidez de sus críticas al gobierno, lo que le ha merecido que desde algunos litorales oficialistas se le tache abiertamente de perredeísta o, en el peor de los casos, de pepeachista.
Pero dudo mucho que eso impida a Fray Santiago Bautista, cura párroco de la iglesia de San Miguel, decir sus verdades cuando cree que algunas cosas de este mundo tienen que corregirse, como el caso de los funcionarios públicos que, por andar caravaneando, descuidan sus deberes como servidores públicos. Y citó los casos específicos de los ministro de Obras Públicas, el ingeniero Víctor Díaz Rúa, y de Salud Pública, el doctor Bautista Rojas Gómez, a los que sugirió que tomen una licencia para que puedan dedicarse a politiquear a tiempo completo y permitan que otra persona se ocupe del complicado día a día de esos importantes ministerios. Desde luego, ni Fray Santiago ni el resto del país deberíamos esperar que esa sugerencia sea acogida (todavía estamos esperando a que la Primera Dama tome de una buena vez la licencia tantas veces anunciada), pues luego de tantos años viendo, escuchando y aprendiendo de nuestros políticos sabemos por experiencia lo difícil que les resulta a los funcionarios de este o de cualquier gobierno despegarse de esa teta.
El cómodo.- Cómo se le nota a Radhamés Camacho, presidente de la ADP, las pocas ganas que tiene de indagar a fondo la denuncia de que el Ministerio de Educación está nombrando maestros por compromisos políticos. El profesor Camacho, que a estas alturas parece haber olvidado que representa los intereses de todos los miembros del magisterio nacional, no solo a los simpatizantes o miembros del PLD, quiere que los denunciantes le lleven las pruebas de esa denuncia a su oficina.