Servidores públicos.- Tanto a nivel congresional como municipal es muy poco o casi nada lo que se trabaja en esta época de zafra electoral, sobre todo con tanta gente procurando su repostulación, lo que relega a un segundo plano la tarea fundamental para la cual fueron electos esos funcionarios: trabajar desde el Congreso y los ayuntamientos para mejorar la calidad de vida de los habitantes de las demarcaciones a las que representan. Y a veces es peor la cosa: funcionarios electos, en este caso síndicos, que al no repetir en sus cargos se desentienden de responsabilidades tan fundamentales como la recogida de la basura, por ejemplo, dejando en el más absoluto desamparo a sus munícipes, como ya ocurrió en las pasadas elecciones congresionales y municipales en Santo Domingo Este, y como parece que ocurre actualmente en Santo Domingo Norte, donde la candidata peledeísta ha tenido que salir a buscar camiones recolectores prestados para recoger la basura que el actual incumbente, que aspiraba reelegirse en el cargo, ya no recoge con la eficiencia de otras épocas. La democracia dominicana, en permanente construcción, debe encontrar la forma de evitar que esas cosas sigan sucediendo para que la ciudadanía no tenga que pagar tan caro las inconsecuencias de los políticos disfrazados de servidores públicos.
¿Pagará?.- ¿Podemos asumir, ahora que el ex presidente de Honduras Manuel Zelaya tiene un buen empleo como ejecutivo de Petrocaribe, que empezará a pagar sus gastos en el país? Sé que la pregunta cae como pedrada en el ojo a cierta gente, sobre todo del gobierno, pero salvo su impertinencia nada de malo tiene preocuparse por el uso que se da a los dineros públicos, en qué o en quién se gastan, pues con demasiada frecuencia nuestros funcionarios creen que salen de sus propios y bien forrados bolsillos y no de los bolsillos de los esquilmados contribuyentes.