Qué se dice

Qué se dice

Regresaron.- Bastó que la gran cantidad de niños  haitianos que piden limosna en nuestras calles y avenidas dejara de ser noticia, motivo de reclamos  y exigencias  a las autoridades de Migración para que pusieran coto a tan indignante situación, para que estos regresaran a sus andadas, como si salieran de donde estaban escondidos, como pudieron comprobar los automovilistas que el pasado domingo circularon por avenidas capitalinas  tan concurridas como la Rómulo Betancourt esquina   Núñez de Cáceres o la Kennedy con Ortega y Gasset.

Poco es lo que se sabe de los planes y propósitos del nuevo director de Migración, el dirigente de la Fuerza Nacional Progresista José Ricardo Taveras, para hacer frente a un problema de tanta gravedad como la incontrolada migración haitiana,  pero si no puede evitar que nuestras calles sean escenario de la infame explotación de la que son víctimas todos esos niños difícilmente pueda acometer tareas de mayor envergadura y trascendencia, como las que reclama la amenaza que se cierne sobre la nación dominicana  a causa de la masiva e ilegal presencia haitiana y la indiferencia culposa  de las autoridades  que lo consienten.    

Gadejo.-  ¿Alguien tiene una idea de lo que pasaría en esta  imperfecta democracia tropical si los resultados preliminares de las elecciones presidenciales se ofrecieran diez dias después de las votaciones y los definitivos dentro de un mes, como ocurrirá con los comicios celebrados el pasado domingo en Haití? La pregunta, aunque hipotética y formulada –lo reconozco– por las simples ganas de joder, abre un montón de interrogantes que no estoy seguro de responder,  como no lo estoy tampoco de  que nuestros políticos serían capaces de esperar tanto tiempo, como harán los haitianos, para saber quién ganó finalmente, y ni imaginarme quiero lo que argumentaría el perdedor para negarse a aceptar como buenos y válidos los resultados.

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