“To e´to y na é na.”-  Al ex presidente Hipólito Mejía le debemos, o mejor dicho a uno de esos frecuentes arranques “filosóficos” que se hicieron tan frecuentes, y tan celebrados, durante su gobierno, la expresión que encabeza este artículo, que resume tan apropiadamente un estado de ánimo, una forma de percibir la realidad y de interactuar con ella,  eso que otros prefieren diagnosticar como    la pérdida de  capacidad de asombro que afecta a la sociedad dominicana ¿Varios  funcionarios cercanos al presidente Leonel Fernández son despojados de sus visas por la embajada norteamericana? ¡Esa es una noticia vieja! ¿Cuatro narcotraficantes condenados a 30 años  son descargados por falta de pruebas? ¡Eso pasa todos los días! ¿Se estima que en el país se lavan anualmente US$1,060 millones de dinero ilegal? ¡Eso dinamiza la economía y, en definitiva, nos blinda contra posibles crisis internacionales! Claro está, por ese camino ninguna sociedad llega a ninguna parte,  pero como desde siempre nos enseñaron que nadie se muere en la víspera preferimos mirar para otro lado y que siga la fiesta; total, pase lo que pase nadie nos quitará lo bailao.

 Provocación.-   ¿A quién provocaban los perredeístas apresados recientemente en Santiago, a los que todavía no se les ha ofrecido una explicación sobre  su detención? ¿Fue una provocación la marcha de mujeres perredeístas, muchas de ellas acompañadas de sus hijos, que por protestar armadas de cacerolas contra el alto costo de la vida fueron reprimidas a tiros y bombazos por tropas policiales? Hago estas preguntas  porque ayer el gobernador de Santiago, Raúl Martínez, acusó al PRD de impulsar un plan dirigido a provocar disturbios, lo que me obliga a responderle, con todo respeto, que  los hechos indican  que las únicas provocaciones de las que se puede hablar   ahí provienen de una autoridad que parece desconocer cuáles son sus límites dentro de una democracia.