El decretazo.- No hay dudas de que la misteriosa desaparición del decreto 355-08, producto -recién acabamos de enterarnos- de las discrepancias surgidas entre el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo y el Director de Prensa del Palacio Nacional a causa de su filtración a la prensa, pasará a enriquecer el fecundo y variado anecdotario político criollo, sobre todo porque entre sus beneficiarios, como ha quedado confirmado tras ser dado a conocer finalmente a la opinión pública, hay un dirigente político que se ha sacado, literalmente, el premio mayor: José Francisco Peña Guaba, presidente del Bloque lnstitucional Socialdemócrata (BIS), nombrado administrador de la Lotería Nacional. La desaparición de ese decreto suscitó, como era de esperarse, mil y una conjeturas en los siempre activos mentideros políticos del patio, en los que abunda la gente que se resiste a creer que el hijo de José Francisco Peña Gómez, quien se desempeñó con más pena que gloria al frente del descalabrado Inespre, sea premiado con ese codiciado cargo por más aliado del gobierno y del PLD que sea o que pueda llegar a ser, conjeturas que tras la confirmación del premio que ha recibido han devenido en ácidas críticas a la ausencia de habilidades o conocimientos gerenciales del feliz agraciado, y sobre todo al casi grosero tinte politiquero y clientelista que ha caracterizado su triste paso por la administración pública. Para colmo el ingeniero Ramón Rivas, en un evidente deseo de curarse en salud, ha creído necesario y oportuno destacar la buena situación financiera en que deja la institución, con depósitos bancarios que superan los doscientos millones de pesos, pero esas críticas estarían injustamente repartidas si solo se concentraran en Peña Guaba, olvidando quién es el principal responsable de lo que se coincide en calificar como un nuevo atentado contra la institucionalidad del Estado dominicano de parte de nuestra clase política: el presidente Leonel Fernández.