Amarres políticos.- El diputado Ramón Rogelio Genao, vocero de la bancada reformista en la Cámara de Diputados, quiere que creamos que el presidente Leonel Fernández hizo un aparte en su ajetreada agenda para juntarse en la casa del canciller Carlos Morales Troncoso con una delegación del PRSC, integrada por dirigentes de esa organización y legisladores, para expresarles personalmente su preocupación por la falta de solemnidad conque discurrieron los trabajos de la primera sesión de la Asamblea Revisora.
Al hacer esa afirmación pasa por alto el jovial representante de Jarabacoa que luego de ese encuentro, como obedeciendo a una relación causa y efecto, los reformistas votaron favorablemente por las propuestas del Ejecutivo contenidas en la reforma, como hay que suponer también que ha decidido ignorar los rumores dando cuenta de que a cambio de ese apoyo, absolutamente necesario para que la reforma de Leonel salga adelante sin tropiezos ni cambios que alteren sus esencias, será premiado con la presidencia de la Cámara de Diputados, como parte de una serie de amarres y acuerdos de carácter electoral de cara a las elecciones congresionales y municipales del año próximo.
¿Qué de malo o pecaminoso tiene, dentro de los parámetros políticos criollos, que unos y otros se reúnan para pactar ese apoyo y el precio que costará? ¿Sorprende a alguien, en este país donde todos nos conocemos, que sean los reformistas los que estén en esos tejemanejes? El amigo Genao debería de estar consciente, a estas alturas de su exitosa carrera, de que la gente no es tan cándida como para creerse esa clase de explicaciones, más que nada porque tiene requete sabido, por amarga experiencia, que los políticos dominicanos dan para todo.