Tigueraje legislativo.- Los políticos no inventaron el tigueraje, pero como no es posible triunfar en ese competitivo mundo sin la dosis necesaria, estos han terminado convirtiéndolo en una herramienta indispensable para tener éxito. Y la mejor prueba de que en esa materia se llevan las palmas son los honorables miembros de la Cámara de Diputados, quienes gracias al poco democrático privilegio de poder legislar en su propio beneficio recibieron en diciembre pasado partidas adicionales a sus salarios por un monto de RD$926,000 entre bonos, dinero en efectivo, bebidas alcohólicas, alimentos y juguetes para repartirlos entre su clientela (usar la palabra electores sería un exceso además de una impropiedad) durante las fiestas pascueras. Por supuesto, como no todo está perdido vale la pena señalar que en el reparto de esa piñata hubo honrosas excepciones, pues según el reportaje divulgado por el Informe de Alicia Ortega los diputados Pelegrín Castillo, Guadalupe Valdez y Hugo Tolentino Dipp se negaron a recibir el jugoso bono navideño.
Las bases.- Son palabras que, en labios de un dirigente reformista, suenan extrañas, pues la cúpula del PRSC hace y deshace a su antojo sin importarle lo que piensen o dejen de pensar las bases, la militancia llana y anónima. En favor de Amable Aristy Castro hay que decir, sin embargo, que su liderazgo entre los reformistas obedece, precisamente, a que nunca ha perdido contacto con la menguada militancia del partido del afónico gallo colorao, por lo que vale la pena ponerle atención a su advertencia de que las bases reformistas no fueron consultadas para arribar al acuerdo electoral con los peledeístas. ¿Qué habrá querido decir? Eso es difícil saberlo tratándose de un político que nunca muestra todas sus cartas, pero que ha demostrado poseer la felina habilidad de siempre caer parado.